Como a lo largo de los playoffs, Indiana Pacers sacó fuerzas, fue pura energía jugando en casa para superar por goleada a Oklahoma City Thunder por 108-91, empatar 3-3 la final, y el campeón se definirá el domingo, desde las 21.
Salvo los minutos de arranque que el Thunder se adelantó 10-2, todo lo demás fue de los Pacers. Apoyado en la defensa, en la que se multiplicó para cubrir el talento de Oklahoma City, Indiana se adueñó de encuentro. Fue vertical para atacar el aro rival, tuvo buena efectividad en triples (34,1%) y dominó el partido.
Aplastó a un Thunder que se mostró reducido, que pareció un equipo chiquito, nada que ver al que dominó al Oeste en la fase regular y en los playoffs. No tuvo respuestas Oklahoma más allá de sus dos estrellas, Shai Gilgeous-Alexander y Jalen Williams, quienes de todas maneras no estuvieron certeros en los lanzamientos.
Shai fue el goleador con 21 puntos, pero sufrió 7 pérdidas de pelotas, y Williams, que venía de anotar 40 tantos en el quinto partido, se quedó en 16. Y no tuvieron ayuda del resto. Chet Holmgren 4 puntos, Luguentz Dort 2 y Alex Caruso no anotó. Escaso aporte de los jugadores de rol y del banco de Oklahoma City.
Mientras que Indiana Pacers, además de su poderío defensivo, lució mucho compromiso en el ataque. Encabezó a los Pacers Pascal Siakam, quien ya fue campeón de la NBA con Toronto Raptors, con 16 puntos y 13 asistencias, mientras que la figura del equipo, Tyrese Haliburton, condicionado por la lesión en la pantorrilla, colaboró con 14 tantos (venía de apenas 4 en el encuentro anterior).
Y T.J.McConnell con su energía y capacidad, quebró a los Thunder en el segundo cuarto. Los atacó, les anotó y no lo pudieron frenar. El base fue decisivo en un Indiana que contó con seis jugadores anotando 10 o más puntos.
