“Nos vaciamos en la semifinal”. La frase de un integrante del plantel de Instituto describió de la mejor manera lo que fue la despedida de la Basketball Champions League Americas. Estuvo tan cerca en la semifinal con Boca que el golpe por la derrota fue grande. Y le costó asumir el encuentro por el tercer puesto. Fue notable lo afectado física y emocionalmente que lució Instituto. Por eso, se despidió de la Final 4 disputada en el estadio Maracanazinho con derrota ante Franca por 74 a 59 para concluir en el cuarto puesto.
Parece poco para lo cerca de jugar la final que estuvo. Es mucho si se lee correctamente hasta dónde llegó el equipo conducido por Lucas Victoriano. Instituto quedó entre los cuatro mejores del continente. Y no es consuelo, es la realidad de un plantel que se enfrentó a “gigantes” desde lo deportivo, lo físico y lo económico. Y dio la talla. Los peleó. Compitió. Dejó una marca.
Hoy, todo es dolor en Alta Córdoba. Instituto llegó a Río de Janeiro con la idea de jugar la final. Y también el sueño. “Por detalles”, se le escapó el duelo contra Boca. Y no le dio la nafta ante un Franca que fue golpeado duro por Flamengo en la otra semifinal, pero que tiene tanto potencial que salió adelante ante la Gloria para colgarse la medalla del tercer puesto.
“Por detalles no pudimos pelear por el campeonato, no hay nada negativo de esto, de todo se aprende”, describió a La Voz de gran manera Alex Negrete, el goleador con 18 puntos ante los paulistas.
Instituto se va de Río de Janeiro con la cabeza en alto. Jugó una Champions en gran nivel, de menor a mayor. La última vez que la disputó, en 2023, no pasó la fase de grupos. En esta edición, el elenco de Alta Córdoba se metió entre los ocho mejores y su “batalla” estaba en los cuartos de final. Ahí ganó Instituto. En esa serie estaba “su campeonato”. Sin ventaja deportiva, de visitante, superó a Minas, el líder de la Liga de Brasil, de la poderosa Liga de Brasil, y se metió en la Final 4.
Este equipo moldeado por Victoriano tiene valentía, se supera, salta los obstáculos. Perdió a la mitad de la competencia a Tomás Monacchi, un especialista defensivo que le venía como anillo al dedo a este Instituto que hace de la defensa su mayor fortaleza. Que crece desde la defensa. Que tiene un ADN de defensa. Y llegó a la Final 4 con Javier Saiz, otro que es un jugador clave en la marca, buscando ritmo de competencia tras estar parado mucho tiempo por lesión.
Así y todo, Instituto siguió peleando siempre. Fue duro para cada uno de los rivales, porque sabe lo que quiere y tiene convencimiento para buscar sus objetivos.
Siempre ahí
Instituto es un equipo que nunca te “deja a gamba”. Cuando parece que se va a caer, que tiene un mal momento, que está jugando mal, da la cara, se regenera a partir de la unión del grupo, de la defensa de los colores. Del convencimiento que transmite Victoriano y que los jugadores, liderados por Leandro Vildoza, llevan a la cancha.
Es verdad que ante Franca no dio la imagen de ese equipo duro, batallador. Pero estaban “vacíos”. Quedaron “vacíos” en la semifinal. “Estos son partidos que capaz no estás para jugar”, indicó Negrete. “No entiendo para qué está este partido”, sumó Victoriano. Lo cierto es que, después de una primera mitad pareja, logró neutralizar por varios minutos al elenco brasileño. Franca llegó a estar 7m40 sin poder anotar entre el cierre del primer cuarto y el inicio del segundo. Pero los paulistas crecieron, con más aguante físico, y embocaron los triples, mientras Instituto se fue quedando sin combustible y, para colmo, se quedó sin gol. Le costó embocar los triples (como ya le había pasado en la temporada). Además, Lee Aaliya, que entró con su energía habitual, se golpeó la rodilla en el segundo capítulo y no volvió a jugar (no es de gravedad).
Instituto se va de Río de Janeiro cuarto, su posición más alta en la Champions, para validar la tarea del equipo a lo largo del campeonato. Porque nunca “te deja a gamba”.