Están siempre juntos en el Sandrín. En el rectángulo de juego, sea en prácticas o en los partidos, o en la oficina técnica, pegado al gimnasio de pesas. Lucas Victoriano es el entrenador que llevó a la gloria a Instituto en básquetbol. Que está cumpliendo la tercera temporada en el club de Alta Córdoba y le dio cuatro títulos.
La mano derecha de Victoriano en el Instituto exitoso es Ignacio Barsanti. “Titi” para todos en Instituto. Nacido en Paraná el 3 de junio de 1985, es el asistente técnico principal del Albirrojo. Llegó a Instituto junto con Victoriano en 2021. Unos meses después, la Gloria conquistó el Súper 20, en el estadio Ángel Sandrín.
Empezaron a trabajar junto en 2018, en Regatas Corrientes. Victoriano había comenzado su carrera de entrenador una temporada antes, en la 2017/218 en Estudiantes de Concordia. Para comenzar su etapa en Corrientes, que duró cuatro campañas (incluida la suspendida por la pandemia) necesitaba un asistente. Sebastián Uranga, que fue compañero del tucumano en Olimpia de Venado Tuerto (fueron campeones de la Liga Nacional y la Liga Sudamericana), le recomendó a Barsanti.
“El Titi” conocía a Uranga de su Paraná natal. Rápido, coincidieron.
Barsanti también es entrenador de básquet. Mientras jugaba en el club de su ciudad, Ciclista de Paraná, con 13 años, empezó siendo Monitor (técnico) de mini. A los 20 años fue coordinador del mini y de la categoría U13 de la entidad. La carrera de técnico era inevitable en vida del “Titi”.
En 2012, Barsanti se sumó como asistente de Uranga a Echagüe de Paraná, que disputaba la Liga Argentina. También fue entrenador principal del equipo entrerriano, que fue uno de los fundadores de la Liga Nacional.
Un momento bisagra
Barsanti recibió el llamado de Victoriano en el momento justo. “Estaba en un impasse con el básquet. No sabía que hacer”, contó “el Titi” a La Voz. Con el título de profesor de educación física, tenía horas en colegios de Paraná, pero nada relacionado con el básquet. “Fue justo el llamado de Lucas”, acepta el asistente técnico de Instituto.
“La llegada a Regatas fue mi primera salida de Paraná”, remarca. Y su regreso a la naranja.
“Congeniamos bien con Lucas, nos complementamos. Él necesitaba más la parte metodológica, que la tengo. Nos llevamos muy bien”, resalta Barsanti, además gran asador, dicen los que están cerca del cuerpo técnico de la Gloria. Y como oriundo de Paraná, gran cocinero de empanadas, fritas, de pescado.
“Una de las virtudes de Lucas es la visualización que tiene del juego, la capacidad para anticiparse a las jugadas, ayudado por su experiencia como jugador. Es importante para el entrenador estar un paso adelante. Otra es la capacidad de convencer a los jugadores, esa llegada que tiene”, cuenta Barsanti de las virtudes del entrenador.
“A mi me gusta mucho el trabajo de crecimiento de los jugadores, el trabajo de técnica individual, tanto defensivo como ofensivo”, marca de su trabajo.
En la temporada 2021/2022, la primera de Victoriano-Barsanti en el banco, Instituto conquistó la Liga Nacional por primera vez en su historia. “Decidimos venir a Instituto por el desafío deportivo. Por el hambre (de victorias y títulos) que tenía el club y que teníamos nosotros también”, remarcó.
En el camino, el Albirrojo también se consagró en la Copa de la Liga, y en diciembre del año pasado, conquistó la Liga Sudamericana. “Continuamos el proceso, no es fácil estar tres temporadas en un club pero ayudaron los títulos. Para mi ganar no es lo más importante, es lo único”, resaltó Barsanti, muy allegado a los jugadores.
“Valoro mucho la capacidad de escucha que tiene Lucas. Es otra de sus virtudes, es muy bueno escuchando. Soy respetuoso pero mi función es si él está muy arriba, lo tengo que bajar, y si está para abajo, levantarlo. Nos hemos peleado, a veces, con la misión de salir adelante”, cuenta.
“La idea es continuar la dupla de trabajo”, cerró Barsanti, quien estuvo a cargo de las prácticas de Instituto esta semana, mientras Victoriano viajó a España para visitar a su hija.
