Ozuna tiene ganado un destacadísimo lugar en la música con sus éxitos dentro del reggaetón y los géneros urbanos. Pero Juan Carlos Ozuna Rosado (el nombre completo del artista) va mucho más allá de la música. Es tan fanático del básquet que hasta se dio el gusto de comprar a un equipo. En 2022, adquirió una franquicia, Los Brujos de Guayama, y la mudó a Manatí, donde le cambió la denominación por Los Osos de Manatí.
Como si eso fuera poco, ahora decidió ser parte del equipo que participa en la BSN (Baloncesto Superior Nacional de Puerto Rico).
En su estreno como jugador profesional, a Ozuna le fue muy bien. Su equipo superó 98-91 a Vaqueros ABB y el artista terminó con 21 puntos.
Su baja talla para este deporte (1,65 metro) claramente no es un impedimento para él. Con casaca número 13 y el pelo teñido de blanco saltó a la cancha y brilló con sus triples.
“Juego al básquet casi todos los días”, reconoció hace un tiempo, al momento de contar las razones por las que decidió comprar una franquicia.
Y definió: “El baloncesto es como la música: significa mucho para mí. Me da musa, me da mucha vibra, me hace sentir muy especial. Me despeja la mente”, agregó.
Pero con su equipo quiere ir más allá. Su intención es armar un espacio que le permita catapultar jugadores jóvenes a la liga puertorriqueña y, de ahí, a la NBA. “Yo quería hacer eso pero, antes, la música me atrapó”.
Contó que el jugar básquet resultó siempre un gran entrenamiento para él, pensando en su despliegue sobre los escenarios. Pero ahora el bichito de jugador le picó muy fuerte. Y sobre el parqué también da sus mejores pasos. Como sobre el escenario.