Guillermo Vilas suele decir que en el tenis hay buenos jugadores, campeones y grandes campeones. Y con resultados como los conseguidos por Alexander Zverev frente a Novak Djokovic en la final del Másters 1000 de Roma, ya no anticipan sino que lo confirman como un futuro gran campeón.
Es que el joven alemán, con 20 años y 31 días, y 1,98 de altura, es el más joven ganador de un torneo de la serie desde que lo hiciera Novak Djokovic en Miami 2007 (19 años y 314 días) y el primer tenista nacido en los ‘90 que lo logra. Además se ganó un lugar en el top-10 al aparecer ayer 10° en la ATP, el más precoz desde que Juan Martín Del Potro entrara en el lote de privilegio en 2008.
Dueño de un saque demoledor, una derecha y un revés que lastiman, el joven alemán se desplaza perfecto a pesar de la altura, aspecto en el que tiene semejanza con el tandilense, aunque lo supera en proyección. Zverev no sólo pega como un tenista de estatura mediana, sino que rescata pelotas, mantiene intensos peloteos y se anima a ir para adelante.
A pesar de sus 20 años, ha sido capaz de ganar torneos en polvo de ladrillo (Roma y Munich) y en cemento indoor (San Petesburgo y Montpellier), lo que demuestra que su tenis se adapta a diferentes superficies. De hecho supo derrotar al mismísimo Roger Federer en el césped de Halle.
Si aún tiene algún requicio en su juego es su todavía falta de madurez, aspectos que sólo corrige el tiempo pero que evidentemente va superando. Tanto que en la final del Másters 1000 de Roma, su definición más importante, no se amilanó ni por el rival, ni el escenario, ni la instancia. Con 20 años, el alemán de origen ruso (nació en Hamburgo pero sus padres provienen de Sochi) ya se va acostumbrando al roce con los mejores, ¡y a ganarles!
A los triunfos que carga sobre Federer y Stan Wawrinka, le agrega los cinco sets y más de cuatro horas de juego a los que llevó a Rafael Nadal en el Open de Australia. Y ahora le sumó la victoria sobre Djokovic en un escenario como el Foro Itálico. Zverev no deja dudas de que ha llegado al circuito para dejar su huella.
