El próximo 1° de junio, el Vaticano vivirá un hecho inédito. La etapa final del Giro de Italia recorrerá los jardines vaticanos y pasará por la puerta de la residencia Santa Marta, donde vivía el papa Francisco. Será un homenaje a quien fue una de las figuras más influyentes de la Iglesia en los últimos tiempos, y que falleció la semana pasada a los 88 años.
Más de 150 ciclistas atravesarán una zona vedada habitualmente al público general. El recorrido será televisado y mostrado en vivo a todo el mundo. La idea original era que el propio Francisco saludara a los corredores y diera su bendición antes del arranque. Pero su muerte le dio un nuevo sentido al evento.
“La idea era destacar el Vaticano y Roma de cara al Año Santo 2025”, explicó Mauro Vegni, director del Giro. “Sabíamos que el papa estaba delicado, pero teníamos la esperanza de que pudiera bajar a saludar. Lamentablemente, no llegó. De todos modos, seguirá siendo un homenaje a su figura”, completó.
La etapa comenzará de manera simbólica dentro del Vaticano, con un tramo neutralizado de tres kilómetros que servirá como homenaje. El inicio competitivo será ya afuera, después de que los ciclistas crucen la Puerta del Perugino, una calle angosta donde arranca la competencia formal.
El recorrido incluye puntos emblemáticos: ingresarán por la Puerta del Petriano, pasarán por detrás de la Basílica de San Pedro y bordearán la zona de los jardines vaticanos. No será una carrera dentro del Vaticano, sino una forma simbólica de incluirlo en el trazado.
Para ese momento, ya habrá un nuevo papa. El cónclave para elegir al sucesor de Francisco comenzará el 7 de mayo. Desde el Vaticano, valoraron el gesto del Giro: “Queremos mostrar que el deporte también es parte de la vida humana y espiritual”, dijo el obispo Paul Tighe, uno de los encargados del área de Cultura y Educación.
El Giro 2025 arrancará el 9 de mayo y tendrá sus primeras tres etapas en Albania, otra novedad en la historia de la competencia. Participarán 23 equipos y 184 ciclistas, aunque como suele pasar, no todos llegarán al cierre en Roma.
Pero más allá de lo deportivo, este año la última etapa tendrá un valor simbólico difícil de igualar. Será, literalmente, una vuelta por el corazón del Vaticano en memoria del primer papa argentino de la historia.