Una medida que podría modificar más de 130 años de historia está siendo evaluada por las autoridades del fútbol mundial. Según se supo en las últimas horas, los rebotes tras los penales podrían quedar descartados en la fase final del próximo Mundial 2026, en lo que representaría un cambio drástico en el reglamento del deporte más popular del planeta.
La propuesta, impulsada por integrantes del International Football Association Board (IFAB), también incluye posibles nuevas funciones para el VAR, que pasaría a intervenir en situaciones como segundas amonestaciones y córners.
Pero el eje de la polémica gira en torno a los penales. De aprobarse esta reforma, todo penal se convertiría en un único intento de gol: si el ejecutante falla, el juego se reanudaría automáticamente con saque de arco para el equipo rival, sin posibilidad de aprovechar un rebote.
¿Por qué este cambio?
Según los impulsores de la medida, el penal ya otorga una ventaja considerable al equipo que lo ejecuta, muchas veces desproporcionada respecto a la infracción que lo originó (una mano o una falta leve en el área). Por eso, consideran que permitir un rebote tras una atajada o un disparo al palo aumenta de manera injusta esa ventaja.
Además, esta modificación eliminaría de raíz una de las situaciones más confusas del reglamento actual: la invasión del área por parte de jugadores antes del disparo. Si el penal se ejecuta como un tiro único, ese detalle técnico ya no tendría relevancia.
El formato sería similar al del penal en el hockey: una ejecución que se transforma en una acción definitiva. Si hay gol, saque del medio. Si no, saque de arco. Independientemente de si el arquero desvía la pelota o esta se va desviada.