Argentina sin la presencia de Messi, Lautaro Martínez, Lo Celso y Dybala, logró armar un gran segundo tiempo y se quedó con el triunfo por 1 a 0 sobre Uruguay.
Estas fueron las claves del triunfo:
Control y manejo. Durante el primer tiempo, el equipo esperó para entender el juego de su adversario, dejó que Uruguay manejara la pelota, que la tuviera e impidió que lo lastimara. Fue un tiempo de estudio, donde no logró la Celeste molestar a “Dibu” ni inquietar en demasía a la defensa.
Acelerar y ganar. Cuando se inició la segunda parte, el juego cambió de dueño, aparecieron en escena Fernández, Mac Allister y su juego elegante, Almada y su pegada, pero en especial el temperamento y la sangre de campeón de “Cuti”, Otamendi y Tagliafico.
Juego colectivo. Cuando la pelota pasó a ser controlada por la selección nacional, el gol rondo la valla de Rochet, quien fue el responsable que el campeón no marcara antes y que después no lograra el segundo en un par de jugadas de contra. La prestancia con la que se movió el equipo en el complemento, justificó el triunfo de visitante.