Argentina vuelve a las eliminatorias jugando dos clásicos, de cuyos resultados podría surgir su clasificación al Mundial del año próximo en Estados Unidos.
Confrontará con Uruguay, uno de los dos equipos que lo venció en la primera rueda (el otro fue Colombia), y Brasil, al que volvió a vencer en el Maracaná con aquel bonito gol de cabeza de Nicolás Otamendi.
Argentina tendrá dos partidos arduos, intensos, que volverán a ponerlo a prueba como campeón del mundo. En noviembre de 2023, Uruguay lo jaqueó en La Bombonera jugando su mejor partido en el torneo, con un despliegue físico y una contundencia en la red, elogiables. Brasil, en cambio, mostró la radicalizada disminución de su nivel de juego, claudicando otra vez luego de haber perdido la Copa América en su casa en el 2021.
Aun en el traspié ante los Charrúas, Argentina dio señales de orden, respeto por el juego y entrega por el espectáculo. Hasta esta instancia, además de ser el líder el torneo, demostró que sus ganas de ganar no disminuyeron y que, pese a una disminución en su rendimiento en los últimos encuentros, que lo llevaron a perder ante la selección cafetera, su aura de campeón no se ha difuminado.
Mucho tiene que ver la imagen y las energías que transmite entre sus compañeros y en la gente Lionel Messi. Sus 37 años le están limitando sus siempre eternas ganas de jugar, lo que lo lleva a dosificar su esfuerzo de acuerdo a lo que le ofrece su físico.
Con pocos minutos en Inter Miami, a causa de una lesión muscular, y de no surgir algún imponderable, Messi estará desde el comienzo ante los uruguayos. Y con él, por la envergadura de sus adversarios, estará prácticamente todo el equipo que ganó la Copa del Mundo en Qatar.
Se mostrará “Dibu” Martínez en el arco; jugarán Montiel o Molina en el sector derecho de la defensa; “Cuti” Romero y Nicolás Otamendi serán los centrales, mientras que Nicolás Tagliafico aparece con un poco más de posibilidades de jugar que Marcos Acuña; en el medio lo harán Rodrigo De Paul, Alexis Mac Allister y Enzo Fernández, y es muy probable que vuelva a aparecer Nicolás González “haciendo” de Ángel Di María, por la izquierda. En tanto que en la ofensiva, al lado de “La Pulga” se presenta la duda sobre si el gran momento de Julián Álvarez en Atlético Madrid se impone al buen momento de Lautaro Martínez en Inter.
Partidos bravos, se insiste, tendrán los campeones mundiales. Posibles pasos en falso no pondrían en juego la chance de no clasificar al próximo certamen ecuménico, aunque sí abrirán interrogantes sobre la inserción de otros jugadores que esperan su turno para mostrarse con la celeste y blanca. En cambio, si las actuaciones son buenas, Argentina ratificará su vigencia en lo más alto del podio y consolidará una regularidad inédita en la historia del fútbol de nuestro país.
El valor agregado, la frutilla del postre, tal y como ha sucedido en los últimos 20 años, será Lionel Messi, a quien unos pocos minutos en la cancha en Estados Unidos no alcanzan a acorralarlo como para impedir su magia y sus goles. Por eso, en el tiempo que esté presente en el césped del Monumental, se podrá disfrutarlo, de acuerdo a lo que ofreció siempre, con esos gestos increíbles que el tiempo y su magia ya los está volviendo eternos.