Pasaron 3.198 días desde la última que Ricardo Zielinski dirigió a Belgrano en Córdoba. Ocho años y siete meses pasaron desde aquella despedida del Ruso, triunfal, tras el 1-0 de la “B” ante Rosario Central en el estadio Mario Alberto Kempes.
105 meses después, el entrenador volvió a dirigir al Celeste, esta vez en el renovado, ampliado y modernizado Gigante de Alberdi. Desde cada rincón del estadio sonó el “Ruso, Ruso…”, como otras tantas desde que asumió en enero de 2011, ese año que terminó con el inolvidable ascenso a la Primera tumbando a River.
Atrás quedó el reestreno de Zielinski en el banco de Belgrano, ese 0-4 doloroso en Santiago del Estero ante Central Córdoba poco más de una semana atrás, con escasas prácticas encima. El Belgrano que salió a jugar ante Defensa y Justicia en Alberdi fue un equipo más del “Ruso”. Al estilo de Zielinski.
La gente esperó expectante la salida del Ruso a la cancha. Los plateístas, que lo tenían cerca, estiraron su mano para tocar “al prócer” del banco Pirata. Zielinski fue directo al banco de suplentes pero extendió el brazo derecho en señal de agradecimiento cuando bajó el “Ruso, Ruso...” de las tribunas. Salió del banco y con sus dos brazos en alto, otra vez saludó a su gente el reconocido DT.
Vestido todo de negro, parado en su corralito, y con los brazos cruzados, el Ruso siguió el inicio del encuentro contra el Halcón. Rápido, revisó el tiempo jugado y dio las primeras indicaciones a sus futbolistas tras las primeras llegadas al área del rival, incluido un gol anulado por posición prohibida.
Las indicaciones principalmente fueron para Santiago Longo, en su regreso a Belgrano. Parado en la mitad de cancha, el volante trató de equilibrar a Belgrado, darle orden en la marca y en la salida. Incluso llamó a Longo en un momento del partido detenido para seguir con las indicaciones. También el otro volante central, Facundo Quignón, se acercó a la línea lateral para hablar con el técnico. Además, Fausto Grillo recibió indicaciones del entrenador, cuando el Celeste salía del fondo.
El Ruso” festejó con los puños cerrados el penal a favor de la “B”. Pero se llevó las manos a los bolsillos como lamento cuando el VAR anuló la sanción.
Cuando el partido se paró para que los jugadores tomen agua, el Ruso primero habló con sus colaboradores y después lo hizo con los futbolistas.
Y en el momento en el que “Uvita” Fernández marco el primer tanto, a los 38 minutos, Zielinski llamó a Longo y otra vez, le dio indicaciones. El volante central repartió en la cancha el mensaje de atención del técnico.
Le gritó “tranquilo”, con gestos de “pensá” al arquero paraguayo Juan Espínola tras un mal saque del fondo.
Fue un “Ruso” auténtico, tranquilo al borde de la cancha y con las indicaciones justas. Quizá un poco más de lo normal por la necesidad de corregir el rumbo de un Belgrano que en el segundo tiempo selló la victoria ante Defensa. Fue un regreso feliz a Alberdi para Zielinski.