Después de un primer tiempo en el que falló en sus intentos ofensivos, Belgrano logró un mejor andar en el segundo y estuvo cerca de romper el empate en el clásico con Talleres, que terminó sin goles y con sabor a poco.
Lo mejor del Pirata se dio en el complemento, cuando Lucas “Chino” Zelarayán se paró por el costado izquierdo, empezó a ganar la espalda de los volantes albiazules y desplegó su mejor juego para generar, desde sus botines, las situaciones más propicias del visitante, que estuvo en no menos de tres oportunidades a centímetros del gol.
Fue el momento del partido en el que los de Alberdi entendieron que era tiempo de manejar la pelota, no jugarla larga y buscar trasladarla con pases cortos y precisos. La “B” supo siempre que Talleres intentaba juego directo y largo, por eso no se descuidó en defensa y no dejó que el local lo lastimara.
El Celeste tuvo en el capitán y en el marcador central Lisandro López a los dos pilares que sostuvieron al equipo para sumar un punto que es valedero en lo anímico, pero que aporta poco a la causa de meterse entre los ocho en el torneo Clausura.
Zelarayán y qué más
Zelarayán entendió que el partido pasaba por meter la pelota contra la suela, romper con la gambeta y habilitar a sus compañeros. Lo hizo con frecuencia en el segundo tiempo, pero al equipo siempre le faltó la puntada final. Atrás, López y Morales se las arreglaron para evitar que la “T” llegara con claridad sobre un Cardozo cada vez más dubitativo.
Al equipo le faltó juego en la primera parte del partido porque exageró en el intento de terminar tirando centros, pero además porque el Chino, Jara y Uvita estuvieron desconectados del resto. Entonces fue el momento para que Metilli jugara, pero el ex Argentinos lo hizo en pocas ocasiones.
En el segundo tiempo falló la eficacia, pero le alcanzó para sumar fuera de Alberdi, terminar con su arco en cero y seguir en carrera dentro de una zona muy pareja.
Las lesiones de Maldonado en la previa, Spörle y Elías López durante el partido, más la de Ricca de hace un par de semanas, son una luz de alerta de cara a los compromisos que se le vienen: Estudiantes, Boca y la semifinal de la Copa Argentina.
El Pirata sabe que el partido no fue de lo mejor, pero lo terminó “parchado” en su defensa y con uno menos por la lesión de López. El punto puede ser un apoyo para lo que se le viene, si sabe capitalizarlo desde lo anímico.
