Belgrano es un equipo que padece su falta de concentración. Porque batalla, corre, empuja y pelea los partidos, pero comete errores que son dignos de una categoría inferior y lo paga con puntos perdidos. Ayer ante Boca le dio chance de que abriera el marcador, después luchó hasta llegar al empate y luego dejó que el rival se llevara todo al perder 3 a 1.
Van 13 partidos del campeonato y el Celeste es un cúmulo de fallas que no pueden sostenerse en el tiempo, porque un conjunto que recibe 21 goles no puede tener aspiraciones serias de nada y esto es el Pirata hoy: un equipo sin futuro. Comete errores en todas las líneas que se potencian en su estructura defensiva, porque su arquero es inseguro y los cuatro de atrás dan ventajas por arriba, por abajo y por las bandas. Después, el medio corta y gana poco, lo que hace que los delanteros queden aislados para buscar “pescar” algo.
El torneo está a tres fechas de terminarse y para el Celeste esta es una buena noticia, porque su urgencia es acomodarse puertas adentro, porque debe corregir lo malo que se hizo y gestionó en el inicio de la temporada como para que el año no esté perdido en el quinto mes y con un torneo aún por jugarse. Hay responsables de traer lo que se trajo y que hoy sean los que se visten para tratar de hacer un papel digno en el campo, algo que no les está saliendo y que parece que no saldrá de no ajustarse muchísimo en el mercado de invierno. Esto es Belgrano en estos días, es lo que tiene, lo poquito que tiene y lo escaso de recursos futbolísticos que cuenta.
Fallar y perder
La primera parte del encuentro tuvo demasiadas imprecisiones de ambas partes. El Pirata encontró en las ganas de Jara, “Uvita” y Grillo, una herramienta para presionar e irse sobre la valla de Marchesín. Y fue sobre los 13 cuando generó la mejor chance de ataque, porque tras un par de toques, González Metilli intentó habilitar a Fernández cuando la jugada pedía remate y el goleador no pudo conectar. Fueron un puñado de minutos y no mucho más en los que el Celeste jugó mejor. Después el partido entró en un cono de desprolijidades que mostró a la visita tirándola larga y al Pirata dividiéndola siempre. Aburrido, mal jugado y tedioso era el espectáculo y en un tiro de esquina falló la defensa celeste, casi como siempre lo hace: Meriano no despejó, Leguizamón perdió la marca de Rojo y Boca se puso 1- 0.
En el segundo, el local salió con más ganas, sabiendo que este Boca también se equivoca seguido, entonces “Uvita” tuvo un regalo de Marchesín y Rojo la despejó en la línea. Y un ratito después llegó al empate por medio de Menossi. Pero no había terminado de gritar el gol su gente cuando se durmió como le sucede bien seguido. La pelota fue a Zenón y el volante marcó el 2 a 1. Mastrángelo, en su concierto de fallas, le puso algo de suspenso, pero el VAR convalidó.
No hubo más jugadas de riesgo como para esperar el empate, Cavani se comió el tercero y Jara falló la suya. El partido se hizo en favor de Boca, porque empezó a mover el balón de un lado al otro, Zenón fue manija y el Pirata, que no tiene recursos en el banco para torcer una historia, nada pudo hacer para cambiar el rumbo.
Palacios puso el 3-1 y todo terminó. En Belgrano sólo hubo tiempo para lamentarse por lo poco que se tiene.