Belgrano sufre. Y profundizó su muy mal inicio en el Torneo Apertura de la Liga Profesional. La bronca era palpable en Alberdi aun antes de que la pelota empiece a rodar. Y creció con el correr del partido. La “B” sufrió una nueva goleada, esta vez 3-0 en el Gigante ante Independiente Rivadavia de Mendoza.
Se suma al 0-4 sufrido ante Racing en Avellaneda la semana pasada. Apenas tiene un punto Belgrano, y le metieron siete goles en dos partidos. De la ilusión por la vuelta del Chino Zelarayán, pasó a las crecientes críticas para el técnico Walter Erviti y para la dirigencia que encabeza el presidente Luis Fabián Artime.
El partido de Belgrano
Todo arrancó mal en la noche del lunes para el técnico Walter Erviti y para Belgrano, porque el equipo no logró hacer pie nunca y en la primera jugada en la que la visita logró acomodarse, tras un tiro de esquina, Jara le cometió penal a Sequeira y el colombiano Villa puso el 1 a 0 y apenas iban 6 de juego.
La visita tocó la pelota, el local corrió sin sentido en el terreno y la gente insultó al técnico, al presidente y hasta se escuchó el viejo grito de fastidio “jugadores la conc… de su madre ustedes pongan h… nosotros alentamos”.
A los 16, la defensa era todo un desorden, el medio campo una invitación para que Sequeira hiciera a placer su juego, Villa enloqueció a Velázquez y Meriano. Todo era de la visita y las ganas de Zelarayán o el empuje de Jara en nada equilibraba el juego. Gómez la colgó del ángulo y con el 2 a 0, el clima se calentó más de la cuenta.
Los plateistas empezaron a insultar al presidente Luis Artime, a quien hacen responsable de contratar a un DT que cuando fue nombrado en la formación del equipo, fue tapado su apellido por la silbatina general.
El juego era: Independiente luciéndose y Belgrano sufriendo en cada pelota que pasaba del medio campo para su arco.
Llegó el tercero en una contra de Villa y “la comisión, la comisión se va a la PQLP” retumbó para hacer sentir el descontento.
En el arranque del segundo tiempo, Belgrano volvió sin el Chino Zelarayán, con una sobrecarga en el posterior izquierdo. En su lugar ingresó Bryan Reyna. También dejó la cancha Meriano para que entre Compagnucci.
La segunda parte fue para completar el tiempo, porque la visita se dedicó a cuidar la pelota a dársela que la manejara Belgrano y dejó que el tiempo pasara.
El local apenas si intentó unos minutos con Reyna y después nada más. Fue un poco de ganas, algo de tirarla para el lado del área y después nada más. Nada de ideas de juego, nada de creación y menos de conceptos claros.
Perdió el partido en el PT, le sobró todo el segundo y el equipo se hunde en su inoperancia para encontrar un camino.