El nuevo edificio de La Agustina se recorta detrás como postal de un club que crece. Ahí, en ese predio remodelado que funciona como casa y refugio, se sentó Stefano Moreyra para charlar con Mundo Gloria.
El volante santafesino, de 24 años, atraviesa un presente muy distinto al de aquellos primeros meses en Córdoba. Hoy es titular, Daniel Oldrá lo considera pieza clave y el domingo, frente a Lanús en Alta Córdoba, seguramente vuelva a estar desde el arranque.
De perfil bajo, agradecido y querido por sus compañeros, “Chicho” fue repasando su historia reciente en Instituto, pero también se detuvo en sus raíces en Colón, en las dificultades que vivió y en lo que sueña con alcanzar.
“Venía buscando afianzarme en el 11. Quería tratar de asegurarme mi lugar y poder sumar con el equipo”, arrancó, con esa sencillez que lo caracteriza.
El comienzo no fue simple. “Me vine de Colón sin haberme ido bien de ese club. Me fui descendiendo, no era fácil para mí. Colón era para mí como una casa. Estuve cuatro o cinco años ahí y fue el club que me abrió las puertas. Ahí me pude mostrar”, dijo.

El paso al costado de su ciudad y de su gente estuvo marcado por dificultades económicas: “De Colón me vine libre, no me pagaban. No tenía sueldo, nada. Me bancaba mi representante, que, la verdad, se portó muy bien conmigo. Me había sacado de la pensión y me pagaba el alquiler del departamento y las mercaderías. Me ayudó un montón”.
En Alta Córdoba, firmó por primera vez un contrato profesional. “Acá en Instituto firmé mi primer contrato, yo vine a préstamo y renové en diciembre del año pasado por 12 meses. Ahora toca trabajar y luego ver qué pasa”, aclaró.
Remando, siempre remando
La adaptación en la Gloria fue lenta: “Los primeros meses en Instituto me costaron, no me sentía bien. Sabía que con trabajo y agachando la cabeza iba a llegar el momento. También estaba ‘Duber’ (Nicolás Dubersarsky), que la venía rompiendo y se me hacía un poco difícil. Seguí trabajando y sabía que la oportunidad iba a llegar”.
Incluso agradeció un gesto inicial del mánager del Albirrojo: “Fede (Bessone) me dio la tranquilidad de que no tenía que desesperarme para jugar sí o sí apenas llegué. Yo también sabía que no venía bien en cuanto a lo mental”.
Hoy disfruta otro presente: “Yo en lo personal me vengo sintiendo muy bien, estaba buscando esta continuidad. Quiero que al equipo le vaya bien, nos hemos afianzado con el esquema de línea de cinco. Nos supimos defender un poco mejor”.
La charla también derivó hacia el compañerismo y repartió elogios para su ladero dentro del campo de juego: “‘El Gato’ (Gastón Lodico), cuando agarra la pelota, te puede ganar partidos solo. Está en contacto todo el tiempo con la pelota, está cerca de la parte ofensiva y defensiva”.

Del partido que se viene contra Lanús, dijo: “Sabemos que es un equipo duro, con mucha intensidad. Les gusta tener la pelota, pero no lo van a tener fácil en nuestra cancha. Tenemos nuestras armas y vamos a salir a ganarlo”.
Sobre el andar del equipo y los objetivos, Moreyra fue claro: “La idea nuestra es ir partido a partido, sumando. Eso nos va a ir llevando a ver la tabla de arriba”.
Y agregó un anhelo compartido: “El sueño de todos acá es entrar a una copa. Pero hoy la idea es poder entrar ahora entre los ocho y ver si podemos pelear por el campeonato”.
Autocrítico
Consultado por la falta de gol de los delanteros de área, el volante no esquivó el tema: “Lo principal era afianzarnos abajo. Sabíamos que las situaciones de gol iban a llegar. Pero antes que nada teníamos que asegurarnos cierta solidez abajo. Teníamos que recuperar esa defensa aguerrida que teníamos”.
En otra parte del pódcast, recordó también las derrotas dolorosas que sufrieron en Córdoba: “El partido con River jugamos bien el primer tiempo hasta los últimos cinco minutos, cuando nos metieron dos goles. Y en el segundo tiempo bajamos un poco. Y el partido con Unión fue un caso aparte, estuvimos muy desconocidos en todas las líneas. Nos llegaban y nos hacían los goles. Eso nos complicó en la diferencia de gol, podríamos estar un poco más arriba”.
Pese a los golpes, remarcó la fortaleza grupal: “El plantel siempre estuvo fuerte, sabemos la clase de jugadores que tenemos. Queríamos revertir esa situación para darle a entender a la gente que estábamos para otra cosa”.
¿Y el futuro? “Tengo contrato hasta diciembre, el club tiene una opción de compra a fin de año. Vamos a ver qué pasa. El pase es mío. Me gusta mucho el club, creció mucho desde que yo llegué incluso. Se ve en el predio todo el crecimiento. Estamos al día, hay un hermoso grupo”, afirmó.
De Santa Fe a Córdoba, de un inicio cuesta arriba a un presente consolidado, Moreyra entiende que nada fue gratis. El domingo, tendrá otra oportunidad de seguir afianzándose, con la camiseta que hoy defiende con orgullo.