Estudiantes de Río Cuarto empezó a acomodar las piezas después de la hazaña. Con el ascenso todavía fresco y la emoción a flor de piel, el club confirmó este martes una decisión clave para el futuro inmediato: Iván Delfino continuará como director técnico y será el encargado de conducir al León en su estreno en la Liga Profesional. No es un detalle menor. Es, en todo caso, la ratificación de un proyecto que convirtió un sueño grande en una realidad histórica.
Delfino fue el cerebro de un equipo que supo construir identidad en el camino más largo y áspero del fútbol argentino. La Primera Nacional, ese torneo que no perdona distracciones y que exige temple, fue el escenario donde Estudiantes se hizo fuerte.
Y el DT lo sabe mejor que nadie. “La B Nacional es el torneo más complejo de Argentina. Sigue siendo primitivo en algún sentido. Es muy largo y los problemas siempre aparecen. Pudimos sortearlos con mucha hombría”, explicó este mediodía en diálogo con La mesa del fútbol, con la serenidad de quien ya atravesó varias tormentas.
Ahora el desafío cambia de escala. Y Delfino no esquiva el tema. Al contrario, lo pone sobre la mesa con crudeza. “Al club en cuanto a infraestructura le falta acomodar algunas cositas. Por lo pronto hay que armar un buen equipo y, a medida que pasa el tiempo, acomodar la estructura”, señaló.
La Liga Profesional no espera y el ascenso trae exigencias nuevas: vestuarios más amplios, mejor iluminación, zona de VAR, espacio de doping y sala de conferencias. Todo suma, todo cuenta.
Sobre el armado del plantel, el entrenador fue cauto, casi de manual. “Sobre los jugadores no lo puedo hablar públicamente, sino con los dirigentes”, aclaró, marcando límites y tiempos. Sí dejó algunas pistas sobre lo que viene: la pretemporada se realizará en Río Cuarto y, si aparecen amistosos, el equipo viajará a Buenos Aires para medirse con rivales de mayor exigencia.
Delfino también dejó una reflexión que explica por qué su continuidad era casi una obviedad. “Siempre en cada club que estuve me he ido bien. A todo lo tomo como crecimiento”, dijo. Una frase simple, pero cargada de convicción. La misma que sostuvo al grupo cuando el ascenso parecía lejano.
El DT sabe que el camino no será lineal. “Tenemos que estar preparados, errores vamos a cometer. Bajar el margen de error nos va a hacer tener un semestre interesante hasta el parate del Mundial”, avisó. En Río Cuarto ya entienden que la Liga Profesional es otra historia. Pero con Delfino al mando, Estudiantes eligió cómo quiere contarla.
























