Una vez consumado el histórico ascenso de Estudiantes, la locura se adueñó de Río Cuarto.
La ciudad del Imperio se transformó en un verdadero escenario de celebración, con miles de hinchas desbordando de emoción por el regreso a Primera División tras cuatro décadas.

Festejo masivo y caravana interminable
Los fanáticos del Celeste salieron espontáneamente a las calles apenas terminó el partido. Caravanas de autos, motos y bicicletas se multiplicaron por toda la ciudad, con banderas, bocinas y cánticos que retumbaron hasta entrada la noche.
Varios puntos emblemáticos de Río Cuarto se convirtieron en epicentro del festejo: plazas, avenidas y esquinas colmadas de camisetas celestes celebraron un logro que quedará para siempre en la memoria del club y su gente.



Un hito que paralizó el Imperio
El retorno a la élite después de 40 años despertó una emoción única. Entre abrazos, lágrimas y bengalas celestes, el pueblo de Estudiantes vivió uno de los momentos más intensos de su historia reciente.
El León volvió a rugir en lo más alto, y Río Cuarto celebró como solo una ciudad futbolera sabe hacerlo.


























