El arco de Belgrano es todo un tema desde hace un tiempo. Por los conflictos que se presentaron con Lucas Acosta, por la inesperada salida de Carlos Franco y porque detrás de César Rigamonti han quedado en este momento dos juveniles que no han debutado en el equipo principal: Agustín Rufinetti y Juan Strumia.
Ricardo Caruso Lombardi le pidió a los dirigentes que hagan un esfuerzo en la búsqueda de incorporaciones y que el puesto de arquero es una de las prioridades que pretende. Y la razón esgrimida por el entrenador es que "está César y después hay dos pibitos".
La lógica del DT no es muy distante de cualquiera que se encuentre alrededor del plantel, porque si el Pirata tiene pretensiones de ascenso, el arco debe estar bien custodiado para lo que se juegue, más allá que no se sabe cómo se jugará o qué se jugará, porque la idea de volver a Primera es una premisa en el Pirata.
Desde su regreso en 2018, venía de estar a préstamo en Vélez Sársfield, César Rigamonti fue el arquero titular del Celeste y prácticamente no tuvo adversarios en el puesto. Primero, tras hacerse el enojado por dichos públicos de Armando Pérez, Lucas Acosta se negó a realizar los trabajos futbolísticos con Lucas Bernardi como entrenador. Allí, Pablo Heredia, quien venía de estar separado del plantel y había regresado al mismo en esa pretemporada de invierno de 2018, fue su suplente durante siete fechas.
Acosta, luego de reflexionar decidió ser parte del plantel y Bernardi le dio una oportunidad y cuando lo llevó al banco del equipo superior ante Talleres, dejó su cargo. Rigamonti era el titular inamovible, al punto que en la temporada 2018/19, jugó los 27 partidos disputados por el Pirata, 25 del certamen y los dos de la Copa de la Superliga, más los dos de Copa Argentina, uno con Julio Constantin en el banco (Deportivo Riestra 3-0) y otro Alfredo Berti (Real Pilar 0-1).
Siempre será recordado el gol que le convirtió Banfield en el Gigante en el primer juego de Diego Osella como DT, cuando Darío Cvitanich le arrebató el balón en el segundo final del juego y ejecutó un tiro libre, sancionado por demorar la reanudación del juego, que derivó en el empate del "Taladro".
Sacudido por ese error, el arquero tuvo algunos altibajos en sus actuaciones. Contuvo un penal en la cancha de Independiente en una jornada en la que el equipo parecía adormecido por la campaña y volvió a tener otra buena jornada ante Rosario Central en marzo de 2019 con Osella como entrenador.
En la Primera Nacional
Con el descenso consumado, la pretemporada en Salsipuedes estaba bajo las órdenes de Alfredo Berti y otra vez el suplente dejaba en soledad al ex Sarmiento de Junín. Acosta no quería renovar con el club y era separado del plantel. Entonces, Agustín Rufinetti entraba en escena y en Cutral Co, por la Copa Argentina y ante Real Pilar, el juvenil iba al banco por primera vez tras firmar su primer contrato un par de días antes.
"Riga" siguió como dueño del arco y los dirigentes trajeron a Carlos Franco, un guardameta que llegó en agosto, con el torneo viniéndosele encima y con antecedentes que no presagiaban una lucha equitativa por el puesto.
"El Gringo" volvió a ser elegido como el titular y nuevamente tuvo actuaciones con altibajos. Pero detrás suyo un juvenil y un refuerzo sin peso propio, le permitieron sostenerse en el puesto sin sobresaltos.
Lesionado, Rigamonti le cedió “el arco” a Franco en dos fechas, el 4 de octubre con Atlanta en Villa Crespo y una dura derrota 4 a 2 con una floja noche del arquero, la que derivó en el final del ciclo de Berti. Y el 12 de octubre ante Ferro volvió a tener una oportunidad Franco, pero su noche fue “flojita” y hubo empate en dos cuando Julio Constantin asumía su interinato de cinco partidos.
Rigamonti debió regresar al arco ante Estudiantes en Río Cuarto apurando su recuperación y en el partido 1500 del Celeste en AFA, el arquero volvió a colocarse bajo los caños hasta que la pandemia le dio cierre a esta temporada.
Ahora, los dirigentes buscarán un segundo arquero para el plantel y habrá que esperar que no se cometan errores del pasado, que llegue un jugador a “pelear el puesto” con Rigamonti, como para que la pugna interna haga salir lo mejor de todos por quedarse con el puesto.