El arquero del Tottenham, Guglielmo Vicario, protagonizó una hazaña que quedará grabada en la memoria de los hinchas: jugó durante una hora con el tobillo derecho fracturado en la contundente victoria 4-0 frente al Manchester City en el Etihad. Tras el partido, el italiano fue intervenido quirúrgicamente por la grave lesión.
Vicario, de 28 años, brilló bajo los tres palos con atajadas cruciales que le permitieron al Tottenham mantener el arco en cero ante uno de los equipos más poderosos de Europa. A pesar de recibir asistencia médica en el primer tiempo, el arquero decidió completar los 90 minutos.
El propio jugador reveló la magnitud de su sacrificio en un posteo en Instagram: ”A veces, el fútbol te da alegrías, y otras veces te pone a prueba de formas inesperadas. Jugué 60 minutos en el Etihad con un hueso roto en mi tobillo, dando todo por el equipo. Lamentablemente, no había otra opción. Necesitaba una cirugía”, escribió el internacional italiano.
Cirugía y recuperación
El club confirmó que la operación se realizó el lunes y que todo salió según lo esperado. Vicario ya piensa en su regreso: ”Desde mañana comenzaré a trabajar duro para volver más fuerte, en mejor forma y listo para darlo todo por ustedes de nuevo”, aseguró en el cierre de su mensaje.
Mientras tanto, el experimentado Fraser Forster, de 36 años, asumirá el puesto como arquero titular del Tottenham mientras Vicario avanza en su recuperación.
Una gesta digna de las grandes historias del fútbol
La valentía de Vicario hizo recordar la mítica final de la FA Cup de 1956, cuando Bert Trautmann, arquero del Manchester City, jugó los últimos 17 minutos con el cuello fracturado. Aquel día, el City derrotó 3-1 al Birmingham, y la figura de Trautmann quedó inmortalizada en la historia del fútbol.
Hoy, Guglielmo Vicario suma su propio capítulo a esa tradición de esfuerzo y sacrificio que define a los grandes del deporte.