El mercado de pases está abierto a nivel local e internacional, y la expectativa en el Mundo Talleres es singular. Andrés Fassi, presidente de Talleres, viene en modo recuperación, luego de que en la última edición se gastó “más” y en jugadores que llegaron “tarde”. Lo cierto es que el directivo habló de cinco o seis refuerzos “importantes”, ya que la “T” tiene por delante un triple frente conformado por Copa Libertadores –este martes completará su participación en Grupo H, del que fue segundo, y reanudará en octavos a fines de junio–. Liga Profesional –arrancará el 6/6– y Copa Argentina –va en 16avos de final contra Chaco en fecha y sede por confirmar–.
En el mundo Talleres, volvieron a sonar los nombres de Julio Buffarini y de Javier Pastore, dos jugadores con una “jerarquía” probada. Aunque Fassi dijo que tienen las “puertas abiertas” y ellos señalan que la vuelta está cada vez “más cerca”, la realidad indica que habrá que seguir esperando. La gente quiere que se ese concepto de jerarquía aplique para incorporaciones que se supieron hacer desde que asumió en diciembre de 2014.
¿Un top 20 de los mejores refuerzos? Pablo Guiñazú, Guido Herrera, Javier Gandolfi, Sebastián Palacios, Jonathan Menéndez, Leonardo Godoy, Lucas Olaza, João Rojas, Diego Valoyes, Nahuel Tenaglia (10), Facundo Medina, Andrés Cubas, Enzo Díaz, Juan Ignacio Méndez, Franco Fragapane, Rafael Pérez, Piero Hincapié, Carlos Auzqui, Michael Santos y Rodrigo Villagra (10). Quedan afuera jugadores como Mauricio Caranta, Tomás Pochettino, Juan Ramírez, Carlos Quintana, Guillermo Cotugno, Santiago Silva, Rodrigo Burgos, Dayro Moreno, Leonardo Gil, Guilherme Parede hasta Federico Girotti, entre otros.
Esa calidad de jugadores también tiene un análisis: hubo futbolistas que tenían jerarquía (Pablo Guiñazú) y la demostraron –al menos una temporada– y otros a los que hubo que esperar para que la recuperaran (Michael Santos), o bien para que la empezaran a desarrollar por primera vez por sus edades (Guido Herrera, más allá; o bien Diego Valoyes o Piero Hincapié, más acá). Veamos.
La jerarquía de Talleres
- Pablo Guiñazú. Era una apuesta del jugador que quería ver cumplido el sueño de su padre. Llegó con 37 años, lo fracturaron en un amistoso previo al debut y cuando volvió, no paró más. Hizo el gol del ascenso y terminó jugando 90 partidos con 40 años, 12 en la B Nacional. En Primera, fue recuperador top con cinco pelotas por juego y segundo pasador con 93 por ciento. Además, convirtió en el ídolo y en la imagen del club. Jugó los cuatro partidos de Libertadores 2019, antes de su retiro. Superó los 700 partidos como profesional.
- Guido Herrera. La mejor de las “apuestas”. Llegó desde Defensores de Belgrano con 23 años y libre de Belgrano. La gente lo resistía porque en las redes había gastado a Talleres cuando estuvo en Ramallo y en cruces de inferiores con el Celeste. En su primera práctica en la Boutique, salió por una puerta trasera, pero revirtió todo. Jugó 171 partidos, sufrió 175 goles y mantuvo 71 vallas invictas. ¿Más? 701 minutos con el arco invicto (récord individual en la B Nacional) y 631 minutos invicto en Primera (récord del club). El 12 de mayo de 2018 anotó, de penal, un gol ante Olimpo, y con ese tanto Talleres clasificó a Copa Libertadores Fase 2. Su logro más reciente: ser determinante para el pase histórico de la “T” a octavos de final del actual torneo continental. Fue el “1″ del quinto puesto en Superliga 2017-18, del 8° en temporada 2019-20 que permitió jugar Sudamericana 2021, y el “1″ subcampeón de Copa Argentina 2021 y tercero de Liga 2021. Su mejor racha fue de 701 minutos. Su cláusula de rescisión es de 10 millones de dólares. Talleres invirtió el 10 por ciento en la mayoría de su pase. “El gol contra Olimpo fue histórico. Para mí y para todos”, dijo Herrera.
- Javier Gandolfi. Fue el primer refuerzo del equipo en la vuelta a Primera División. Tenía 35 años y venía de desempeñarse en Tijuana, de México, donde fue titular y capitán del equipo todos los partidos del certamen de ascenso mejicano. Le dio liderazgo, profesionalismo y personalidad al equipo. En sus tres primeras temporadas fue importante. Luego, sus lesiones lo aquejaron en las dos últimas y perdió la titularidad, aunque siguió siendo el líder del vestuario junto con Guiñazú y Mauricio Caranta. Jugó 80 partidos y anotó cuatro goles.
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- Jonathan Menéndez. También llegó como apuesta desde Chacarita, rindió y fue uno de los cuatro futbolistas que se vendieron en la era Fassi. Mejor en el primer torneo que en el segundo: jugó 22 encuentros y marcó nueve goles. Jugó nueve partidos en Superliga y aportó un gol más antes de irse a Independiente, a principios de año. Invirtió 300 mil dólares y recibió tres millones de la misma moneda. En su temporada de regreso, marcó siete goles en 23 partidos, con tres asistencias. En total, fueron 16 tantos en 56 partidos.
- Sebastián Palacios. Al igual que “Jony”, gravitó más en el primer torneo que en el siguiente, hasta que fue vendido. Fue solución por las bandas, goleador del equipo sin ser especialistas y asistidor de peso, aunque fue bastante egoísta. 29 partidos y 10 goles en la 2016/2017; más nueve (se fracturó el cúbito derecho) y tres, respectivamente, de la primera parte de la 2017/2018. Se fue al Pachuca en febrero: lo vendió en más de tres millones de dólares y le liquidó a Boca su 50%. Volvió en 2019 para jugar la Copa Libertadores y la parte final de la Superliga 2018/2019. Terminó siendo el jugador que más goles le aportó a Talleres desde su vuelta a Primera.
- Leonardo Godoy. Llegó desde Atlético de Rafaela con un puñado de partidos en Primera División y 23 años. Fue salida, aportó proyección, habilitaciones y goles. En ese lapso, jugó 86 partidos, marcó siete goles y dio ocho asistencias. Lo peor vino con la lesión que sufrió en febrero de 2019, en medio de la disputa de la Superliga y de la Copa. Tras su operación, experimentó un declive. Salió del equipo a fines de la temporada pasada y fue cedido a Estudiantes LP, donde recuperó nivel y fue comprado en un millón de dólares.
- Lucas Olaza. El lateral izquierdo uruguayo fue un buen refuerzo de esta Superliga. “El Bombadero del Prado” hizo un golazo de tiro libre contra Chacarita Juniors y tres de penal contra River Plate, San Lorenzo y Banfield. Fueron cuatro goles y una asistencia en 24 partidos, en los que mostró su buena pegada y construyó buenas “sociedades” con Juan Ramírez y Jonathan Menéndez. Boca Juniors y otros clubes argentinos y del exterior, como Sporting Lisboa, pusieron la mira en él. Y coincidentemente bajó su rendimiento.
- João Rojas. El extremo ecuatoriano aportó desequilibrio por ambas bandas. Fue más profundo por la derecha, donde pudo asistir seis veces, el registro top. Por la otra, debió sumarle un tiempo más al ataque, el que se terminó diluyendo por su propia indefinición o por esperar a un compañero. Hizo un gol en 26 partidos. Un contrato costoso que no pudo renovar. El jugador pasó a São Paulo.
- Diego Valoyes. Llegó en 2018 con 21 años y proviene de La Equidad de Colombia. Talleres buscaba lo que no tenía en inferiores con este extremo. Tuvo la chance de jugar hasta Copa Libertadores. Despertó antes de la pandemia y llegó a debutar en Eliminatorias para Colombia. Talleres le compró el 80% del pase. Su registro: 17 goles y 12 asistencias en 93 partidos.
- Nahuel Tenaglia. Otra de las apuestas que trajo Fassi. El juvenil lateral derecho que vino de Atlanta llegó con un estilo de proyección parecido al de Leonardo Godoy. Lo reemplazó muy bien y también jugó de central. Fue prestado a Alavés. Jugó 121 partidos y marcó nueve goles con igual cantidad de asistencias.
- Facundo Medina. El defensor llegó desde River con 18 años, debutó con Juan Pablo Vojvoda y explotó con Alexander Medina. Se fue vendido a Francia en cuatro millones de dólares, después de 37 partidos y un gol.
- Andrés Cubas. Otro que se fue vendido a mediados de 2020. Tras sus pasos por Boca y por Defensa, afloró toda su jerarquía a los 22 años en la “T”. Llegó hasta la selección paraguaya. Jugó 51 partidos y marcó un tanto.
- Enzo Díaz. Llegó en 2019, tras jugar en la B Nacional para Agropecuario de Carlos Casares y directamente tuvo su debut internacional en Copa Libertadores ante São Paulo. Con 23 años, fue una apuesta que rindió sus frutos y se adaptó a jugar con tres y cuatro en el fondo. Tuvo algunos problemas de lesiones iniciales, pero los superó. Talleres lo compró y se convirtió en un referente. Tiene 96 partidos, cinco goles y seis asistencias.
- Juan Méndez. El volante central llegó a cambio de Carlos Quintana de Argentinos Juniors como apuesta, en 2019. Una lesión lo condicionó a fines de 2019. Hasta ese momento, había jugado los 10 primeros partidos. Tras la pandemia, explotó. Llegó a un total de 88 juegos, cuatro goles y dos asistencias más a la expectativa de jugar para Chile. Quedará libre en junio.
- Rafael Pérez. Llegó con 30 años, jugó cinco partidos y, tras algunas dudas en los dos primeros, logró afianzarse. Su préstamo era hasta diciembre de 2020, Talleres lo renovó. Luego le compró el pase porque se convirtió en referente y baluarte de la defensa. Lleva 81 encuentros y dos goles.
- Franco Fragapane. Llegó a préstamo por dos años desde Unión y jugó los 24 partidos de la temporada, con tres tantos. Al principio, jugó casi de volante de contención; luego, dio lo mejor. Metió tres asistencias además. Talleres lo prestó a Fortaleza para que se moviera y volviera con nivel para jugar la Copa Sudamericana 2021. En total fueron 56 encuentros, nueve tantos y seis pases gol.
- Hincapié. Llegó con 18 años desde Independiente del Valle de Colombia, con experiencia en selecciones juveniles de Ecuador. Se convirtió en figura del Talleres de Medina, tras debutar en el último juego de la Copa Maradona. Llegó a la selección y fue figura en Eliminatorias y en Copa América. Talleres vendió el 65 por ciento en 7,5 millones de dólares por 22 partidos jugados en Talleres. Fue salida del fondo albiazul como central.
- Auzqui. Llegó con 27 años de River. Jugó apenas llegó en la Copa Maradona, pero explotó luego. Dio lo mejor de su carrera. Totalizó 57 partidos, hizo 11 goles y asistió seis veces.
- Santos. Un jugador con roce internacional. Llegó con 27 años en 2021 desde Copenhague, Dinamarca. En el primer semestre se puso a tono y, luego, explotó. Lleva 60 partidos, con 17 tantos y cinco asistencias.
- Villagra. Llegó en 2021 y entró a jugar por Federico Navarro, que fue vendido a Estados Unidos. Un gran volante central con una proyección increíble con apenas 21 años. Su pase es de la “T”. Lleva 41 partidos y una asistencia.