Alex Nahuel Luna (nacido en Rafaela, Santa Fe, el 31 de marzo de 2004) tenía apenas 16 años cuando un artículo periodístico del diario Clarín hizo viral su nombre.
“La joya de 16 años que miran los grandes de Europa y de Argentina”, se titulaba, haciendo referencia también a un informe del diario As, de España.
Barcelona, Atlético Madrid, Sevilla, Everton, Arsenal, Manchester City, París Saint Germain, Juventus, Roma, Lazio, Milan, Bayern Munich, Benfica, River, Boca, Racing y Vélez eran los clubes que seguían a este pibe que recién asomaba en Atlético Rafaela, pero que ya sorprendía.
Las vueltas de la vida y el fútbol pusieron a ese mismo Alex Luna hoy con la camiseta de Instituto.
Toda la ilusión que generó su arribo en enero al club se vio correspondida con lo que pasó luego en la cancha: fue la gran figura de la Gloria en el Torneo Apertura, con cinco goles y tres asistencias en 17 partidos jugados.
Golazos como el que marcó en el clásico ante Talleres o el de tiro libre ante Atlético Tucumán fueron perlas para un equipo que consiguió clasificarse a octavos de final, en medio de un semestre irregular.
Pero Luna siempre cumplió, demostrando un compromiso que llevaron al propio Instituto a una certeza: hará uso de la opción de compra que tiene por la mitad de su pase.
Pero para eso hay tiempo: la fecha límite es el 20 de diciembre, según explicó el presidente Juan Manuel Cavagliatto, en una cifra superior al millón de dólares.
La otra parte de su ficha la comparten el propio jugador y Atlético Rafaela, donde su historia empezó.
“Alex Luna todavía no es nuestro, tenemos hasta el 20 de diciembre para hacer uso de la opción. Estamos trabajando para comprarlo”, dijo el presidente albirrojo.
“Ojalá Instituto me compre el pase. Me gusta todo lo que tiene el club. Está creciendo muchísimo. El grupo es bueno. Yo acá me siento como en casa”, devolvió Alex.

El Luna de Rafaela: su “nacimiento”
Luna tenía 16 años, ocho meses y seis días cuando debutó profesionalmente en Atlético Rafaela. Fue en un cotejo ante Tigre, el 7 de diciembre de 2020, en un triunfo 3-2.
Pero ya antes venía siendo seguido por las selecciones argentinas juveniles.
Durante 2019, Alex integró la sub 15 que disputó el torneo “Vlatko Markovic”, en Croacia, además de otros encuentros amistosos en el interior del país.
Luego, sería citado por Javier Mascherano para los Juegos Odesur con la Sub 20, en 2004.


En toda esa etapa formativa, Alex tuvo un técnico clave en su crecimiento. Se trata de Gonzalo Del Bono, exjugador de Atlético Rafaela que fue su técnico en novena y octava de AFA, donde la Crema logró formar un muy buen equipo que ganó tres títulos.
“A Alex le conocí en prenovena. Ahí fue la primera vez que lo vi. Dos meses antes de fin de año, que me dijeron que iba a agarrar esa categoría. Los empecé a ir a ver y era un chico que se destacaba mucho. Jugaba por afuera. Luego agarré la categoría y la formamos para novena y empezó a jugar de media punta o de enganche. Tenía mucho la pelota en los pies y, al ser tan chiquitito, se le complicaba ante los grandes por el tema físico. Pero fue comprendiendo cuándo hacer daño y gambetear, que es de tres cuartos de cancha en adelante, y jugar simple hacia atrás. Lo comprendió desde un inicio y ya en novena hizo una diferencia muy grande”, recuerda Del Bono ante La Voz.
Y agrega: “Es un jugador muy competitivo, de esos talentosos que corren y no le da lo mismo perder o ganar una pelota. Le mete sacrificio. Es difícil encontrar un talentoso con sacrificio. Tiraba por delante a la categoría, que logró muchas cosas. Hoy tiene muchos chicos en primera, como (Tomás) Yacob en Newell’s, (Kevin) Jappert en Barracas Central, Bautista Tomatis en Racing de Uruguay, (Gonzalo) Alassia en San Lorenzo y muchos chicos jugando en el plantel superior de Atlético Rafaela”.

Para Del Bono, Luna siempre tuvo claro cuál sería su camino. Justamente, este entrenador fue clave para que lo promovieran a primera y se diera su debut en la Crema, siendo aún muy joven.
“La evolución de Alex fue siempre por más. Era un chico que iba a entrenar para mejorar, no para pasar el tiempo. Siempre tuvo en mente el propósito de ser profesional. Siempre pareció más grande. Lo tuve dos años, en octava y en novena. Después, en séptima, yo pasé al plantel profesional con el entrenador Walter Otta, que fui ayudante de campo de ese equipo. Después llega la pandemia, y Alex fue uno de los chicos que apunté para la pretemporada. Ese año empezó a jugar, debutó muy chico, a los 16 años. Desde que debutó alternó entre titular y suplente. Esos jugadores talentosos no abundan. Siempre me encantó y me parecía un jugador potable para primera división. Por suerte, nunca me defraudó”, reafirma Del Bono.
Luna y el “sentirse querido” en Instituto
Obviamente, el gran presente de Alex Luna en Instituto no pasa inadvertido en Rafaela.
Del Bono siguió todo su semestre en la Gloria con alegría y orgullo.
Algo que no terminó de sentir en Independiente de Avellaneda, donde Alex estuvo cedido la temporada anterior.
Allí no terminó de explotar su talento, y el Rojo decidió no hacer uso de su opción de compra.
Justo ahí apareció el mánager de Instituto, Federico Bessone, para “seducir” al futbolista con la chance de llegar al club de Alta Córdoba como refuerzo importante.
Le prometieron protagonismo, algo que finalmente sucedió.
“Del semestre en Instituto lo vi a gusto en el club, lo vi siendo importante en el equipo. Le gusta sentirse importante, sentirse querido. En Independiente no tuvo la misma continuidad que en Instituto y el mismo protagonismo. Cuando lo vi en Independiente, tuvo partidos muy buenos, pero tuvo poca continuidad. Alternaba mucho y no se consolidó como jugador protagonista e importante como lo es hoy en Instituto. A su confianza y a su fútbol, les viene muy bien sentirse importante. Tuvo un semestre muy bueno. Ahora le agregó esa cuota de gol que tuvo en inferiores. Siempre tuvo facilidad para hacer goles y este semestre lo demostró”, contó Del Bono.

Para el exdelantero de Atlético Rafaela, la principal virtud de Alex es su amor por el fútbol. Sus ganas de jugar siempre. Y de entregarse por completo.
“Siempre recuerdo sus inicios en inferiores, de tratar de darle un premio o un castigo cuando hacía las cosas bien o mal, para tratar de corregirlo. Recuerdo una semifinal ante Arsenal que había faltado a entrenar y lo llevé al banco. Le dolió muchísimo. Siempre lo exigí al máximo para que sea un referente positivo. Cuando se equivocaba, le caía con lo que más le dolía, que era jugar a la pelota. Alex nació para esto. Por suerte, me tocó dirigirlo en inferiores y ser parte del cuerpo técnico que le dieron oportunidades en primera. También lo dirigí en algún interinato en el plantel profesional. Tengo un vínculo especial con él, que quizá con otros jugadores no lo tuve. Me llena de orgullo que esté en este nivel y haber aportado algo para que se destaque como jugador profesional”, cerró Del Bono, un técnico que fue clave en la formación de la figura de Instituto.
Sus palabras sirven para comprender cómo vive y siente el fútbol un jugador de esos distintos que tiene Instituto. Y que espera seguir disfrutando en el Torneo Clausura.