El fútbol cordobés acaba de escribir una página monumental. Estudiantes de Río Cuarto logró el ascenso a la Liga Profesional y rompió una barrera que llevaba casi cuatro décadas intacta, desde aquel Nacional de 1985, la última vez que el “León” había estado en la máxima categoría.
Pero esta vez el logro trasciende cualquier frontera deportiva: por primera vez en la historia y más allá de esos torneos ya extintos que se jugaban en verano, Córdoba tendrá cuatro equipos en el cuadro estable de 30 equipos de Primera División con Talleres, Belgrano, Instituto y ahora Estudiantes.
Así se convirtió en la segunda provincia con más representantes del país ya que Buenos Aires tiene 19 equipos, un impacto que repercute en lo político, lo económico, lo social y lo deportivo.
Un nuevo actor fuerte en la mesa de AFA
El ascenso no sólo reposiciona a Estudiantes en el escenario futbolístico: también lo ubica en un lugar de privilegio en la política del deporte más popular. Su presidente, Alicio Dagatti, uno de los dirigentes más influyentes del ascenso en los últimos años, vuelve ahora a la elite con un respaldo que pocas instituciones emergentes pueden mostrar.
Dagatti ha sido —en los momentos más tensos y en los más favorables— un aliado constante de Claudio Tapia y Pablo Toviggino, presidente de AFA y su hombre de mayor confianza, respectivamente.
“Chiqui” lo saludó a poco de consumarse el ascenso.
Su rol se mantuvo firme incluso durante su tiempo privado de la libertad, etapa en la que Estudiantes siguió avanzando sin que la conducción del proyecto perdiera cohesión. Ya libre, Dagatti se dispuso a ocupar un asiento cercano a la mesa donde se define buena parte del fútbol argentino, con un club fortalecido, ordenado y ascendido por mérito propio.

Un modelo que potenció en serio
El impacto del ascenso también se explica desde una lógica deportiva singular: Estudiantes se convirtió en un destino alternativo para futbolistas cordobeses que no tuvieron lugar en los grandes de la provincia, y que encontraron en Río Cuarto un espacio para reconstruir su carrera y hoy, ser parte de la historia.
Ahí aparecen nombres que simbolizan ese recorrido:
- Braian Olivera. Formado en Instituto, llegó en 2021 y se hizo titular indiscutible.
- Mauro Valiente. Después de debutar en Talleres casi no tuvo minutos y encontró su despegue en “el León”. Llegó en 2022.
- Martín Garnerone. Hecho en Belgrano. En Río Cuarto, se potenció.
Todos ellos, junto a piezas históricas como Alejandro “Colo” Cabrera y Gonzalo Maffini, fueron parte de un proyecto que sumó desde el Argentino B hasta la Primera División, sin atajos y con una identidad basada en el trabajo sostenido.
DT, sin temor: habló de ascenso, de una
El entrenador Iván Delfino fue claro desde su llegada: no esquivaría la palabra “ascenso”, no hablaría de merecimientos y construiría desde el trabajo diario. “Este plantel se armó sin refuerzos y con el presidente preso”, dijo tras el logro, reforzando la idea de un grupo que se consolidó desde adentro, sin figuras rutilantes ni incorporaciones masivas.
A ello sumó un elemento no menor: se plantó desde la convicción incluso cuando la figura máxima del club estaba ausente por razones judiciales. El equipo convivió con ese contexto, lo absorbió, pero nunca permitió que condicionara los objetivos. “Es un DT de la vieja escuela. Es sin verso. Habló de ascenso desde el primer día. Es verdad”, dijeron un dirigente de peso y un refrente del plantel a La Voz.
Delfino, que venía de tres finales perdidas por ascensos a Primera, acaba de ganar la segunda consecutiva —tras lograrlo con Patronato— y se reencuentra con un destino que le había sido esquivo durante años.
Historias de lucha que explican un club
Estudiantes ascendió porque jugó bien, porque fue sólido, porque tuvo un plan; pero también porque su plantel está cargado de historias personales que representan resiliencia pura.
Ahí está el caso emblemático de Alejandro “Colo” Cabrera (33 años, nacido en Los Cóndores, casi 200 partidos en el León), presente en todos los ascensos recientes del León y superando estas barreras:
- Dos roturas de ligamentos cruzados en Banfield.
- El frustrado traspaso a Belgrano por la segunda lesión.
- Antes, no pudo quedar en Talleres pese a ser hincha del club. Estudiantes siempre fue el lugar del crack.
Su llegada y permanencia en Estudiantes reflejan el tipo de futbolista que el club eligió como identidad: trabajadores, humildes, competitivos. “Quise dejar el fútbol y no me dejó mi familia”, sostuvo Cabrera.
Maffini (157 partidos, cuatro goles y tres asistencias) también tiene su relato de arraigo profundo. Como Cabrera fue partícipe de los ascensos del Federal B al A, en 2016, y del Federal A a la Primera Nacional, en 2019, pero le tocó sufrir las dos finales perdidas en 2021, ante Sarmiento de Junín y Platense, aunque la tercera fue la vencida. En el medio tuvo un paso por Belgrano (2024) en el que jugó dos partidos y poco más.
Y aparece también otra historia conmovedora: la de Brian Olivera, quien reveló que había atravesado un tumor testicular, del que fue operado, y que su hijo le había regalado un pequeño oso para acompañarlo en el proceso más difícil. “Hace tres años. Tuve cáncer en un testículo. Me operaron, hice quimioterapia. Me dijeron que no iba a poder atajar más. El peluche me lo dio mi hijo”, confesó.
Hoy ascendió siendo protagonista. En todo sentido.
Impacto en todo Córdoba
El ascenso de Estudiantes no es solo un triunfo del club: es un golpe de efecto para toda la provincia.
- Córdoba será la jurisdicción con más equipos en la elite del fútbol argentino, superando a Buenos Aires en representación individual de ciudades.
- Se amplía la exposición deportiva, la competencia interna y el atractivo para sponsors y mercado.
- Se fortalece el sentido de identidad de un interior profundo que, lejos de Buenos Aires, logra instalar un polo futbolístico de enorme influencia.
Lo que comenzó como una ilusión en 2016, cuando “el León” se reencontró con los ascensos federales, hoy se transforma en la escalera final: la Liga Profesional. Y detrás de cada paso está la combinación que explica este presente: proyecto, convicción, política, trabajo y una provincia entera empujando para arriba.
Estudiantes vuelve después de 40 años. Córdoba hace historia. Y el fútbol argentino suma un protagonista que llega para quedarse.

























