Hay futbolistas que construyen su carrera entre flashes, estadios repletos y presiones que no dan respiro. Y hay otros que, tras un largo recorrido, encuentran la paz y la felicidad en lugares alejados de los grandes centros.
Ramón Lentini pertenece a ese segundo grupo: a los 36 años, el delantero misionero vive un presente soñado en Argentino de Monte Maíz, un club del interior cordobés que milita en el Torneo Federal A.
No es casualidad que Lentini hable de tranquilidad, de confianza, de disfrute. Hace apenas un año, la realidad era muy distinta. “Venía de un bajón futbolístico. No la estaba metiendo y el clima en el club era complicado. Estar en un lugar donde perdés seguido, no hacés goles y encima tenés a los barras encima, te desgasta”, recuerda.
Ese lugar era San Martín de Mendoza. El presente, en cambio, tiene otro color: dos goles en el último partido contra Deportivo Rincón, victoria 2 a 0 y la marca de máximo goleador histórico de Argentino en el fútbol profesional.

Un pueblo que respira fútbol
Monte Maíz tiene menos de 10 mil habitantes. Allí, las rutinas se entrelazan entre el trabajo en el campo, la vida tranquila de pueblo y, cada fin de semana, el aliento al equipo. Argentino se ha ganado un lugar en el Federal A y, con nombres como el de Lentini, refuerza una identidad: la de un club que se anima a soñar en grande sin perder su esencia.
En ese entorno, Lentini encontró algo más que un contrato: halló su lugar en el mundo. “Cuando me llamaron, me gustó la idea. Me siento bien en el pueblo, en el club. Estoy contento. Ojalá logremos algo importante”, dice el delantero, con la calma de quien aprendió a valorar cada detalle.
El entrenador Carlos Mazzola fue clave en esa decisión. “Estoy agradecido a Carlos, porque me devolvió la confianza, me hizo sentir que todavía estaba para hacer goles”, confiesa.
Esa confianza se tradujo en cifras: 17 tantos desde mediados de 2024, igualando la línea de Guillermo Sánchez, hasta ahora el máximo artillero histórico del club.

El recorrido de un trotamundos
El camino de Lentini en el fútbol empezó en Misiones, pero a los 12 años llegó a Estudiantes de La Plata. Allí se formó y vivió experiencias únicas: compartir vestuario con ídolos como Juan Sebastián Verón, José Luis Calderón y Mauro Boselli, y ser parte del plantel que levantó la Copa Libertadores 2009.
Después, como tantos delanteros argentinos, inició un largo periplo. Pasó por Quilmes, Aldosivi, Instituto, Chacarita Juniors, Unión Española (Chile), Nueva Chicago, Olimpo, San Luis (Chile), Gimnasia de Mendoza y San Martín de Tucumán.


En algunos clubes dejó huella. En Chacarita sumó 31 goles en 68 partidos, en dos etapas distintas, y en San Martín de Tucumán aportó 29 gritos en 57 encuentros. Pero también hubo pasos más discretos, como el de Instituto en la temporada 2010-11, donde apenas pudo marcar un gol en 15 partidos.
“A Instituto fui de chico, a préstamo. Creí que iba a tener más rodaje, pero no se me dieron las cosas. Fue una muy linda experiencia, con grandes jugadores. Traté de dar lo mejor”, contó.
Ese recorrido lo curtió en el ascenso, lo templó en la adversidad y lo llevó a valorar lo que tiene hoy. “El fútbol me dio mucho. Desde que arranqué de chiquito, siempre soñé con hacer goles. Compartí vestuarios con jugadores extraordinarios y aprendí de todos. No me puedo quejar”, resume con gratitud.
El Federal A, un torneo de resistencia
El Federal A es un campeonato largo, complejo, con viajes interminables y partidos que se juegan más con el corazón que con los recursos. Lentini lo sabe: “Es un torneo duro. El objetivo nuestro era meternos entre los cuatro primeros y lo cumplimos. Ahora vamos por más”.
Su experiencia y jerarquía fueron fundamentales para un plantel que mezcla juventud con algunos nombres de recorrido. En la actual temporada, Lentini ya marcó seis goles en 18 partidos, números que, además de aportar puntos, lo convierten en referente del vestuario.

Entre la pasión y la calma
En Monte Maíz, Lentini no solo volvió a sentirse futbolista, también descubrió un estilo de vida distinto. Sin presiones desmedidas, con el respaldo de un club que lo valora y el afecto de un pueblo que lo adoptó como propio. “Uno quiere estar tranquilo. Ahora puedo disfrutar, hacer goles y jugar feliz”, asegura.
A los 36 años, sabe que el retiro está más cerca que lejos. Pero no parece obsesionarlo. Por el contrario, su presente tiene un sabor especial: el de la vigencia. Cada grito suyo no solo alimenta las ilusiones de Argentino de Monte Maíz, sino que también refuerza una verdad: siempre hay tiempo para reencontrarse con el fútbol.
El sueño intacto
Con contrato hasta diciembre de 2025, Lentini tiene un desafío claro: llevar a Argentino a la Primera Nacional. Es el sueño de un club que se anima a mirar más arriba, pero también el suyo, el de un delantero que supo reinventarse en el interior cordobés.
“Estoy contento. Ojalá logremos algo”, repite con sencillez. Y acaso en esa frase se resume todo: la ilusión de un goleador que encontró su lugar en el mundo, lejos de los focos, en un pueblo donde cada gol suyo es celebrado como un acontecimiento.
Porque a veces, las segundas oportunidades aparecen donde menos se espera. Y Ramón Lentini lo sabe mejor que nadie.
Argentino y su momento
Argentino de Monte Maíz suma nueve puntos en la Zona A de la Segunda Fase del Federal A (ganó tres partidos y perdió uno) y es escolta de Olimpo (11 puntos).
Los cuatro primeros equipos de esta etapa clasifican a Tercera Fase y obtienen su lugar en Copa Argentina 2026.
Por la sexta fecha del campeonato, Argentino visitará a Villa Mitre de Bahía Blanca.