El fútbol cordobés atraviesa de un tiempo a esta parte un período de protagonismo, de crecimiento, de expansión, con sus clubes que compiten en los torneos de AFA como actores principales de hechos históricos.
En el mapa del fútbol argentino, la plaza Córdoba ha recuperado un sitial de privilegio a partir de una evolución reflejada en aspectos institucionales, de infraestructura, deportivos y administrativos, que han devuelto a la provincia a lugares con los que supo codearse a lo largo de su existencia. A los ascensos de Belgrano, Instituto y Racing, el año pasado, y Atenas de Río Cuarto, en febrero de este 2023, a sus categorías superiores, hay que sumarles un Talleres que volvió a acostumbrarse a pelear arriba en las competencias que afronta, un Estudiantes de Río Cuarto que se consolidó en la Primera Nacional y siempre va por más y Sportivo Belgrano de San Francisco y Argentino de Monte Maíz, que afrontan con pretensiones el Torneo FederalA.
Pero hay mucho más que los vaivenes deportivos, que tantas veces te dan como otras te quitan. Son épocas de bonanzas, como hace tiempo se debieron afrontar otras de frustraciones, decepciones y tristezas. Pero hay aspectos que trascienden las alegrías de los resultados y de esos también se está nutriendo la realidad futbolística cordobesa. Y la trascendencia es que son de los que perduran, de los que sientan bases para el futuro y para cualquier pretensión de ser cada vez más grandes.
Córdoba, que tiene al estadio Mario Alberto Kempes como su emblema deportivo y que supo reinstalarse en el centro del deporte nacional a partir de hechos como la posibilidad de jugar con público visitante o las facilidades de logística o las garantías de seguridad, exhibe el orgullo de mostrar clubes que en tiempos de crisis y de muchas dificultades se siguen agrandando en lo estructural e institucional.
Predios deportivos de primer nivel, incremento en cifras tremendas del número de socios, mejoras en las sedes, en los estadios y en las instalaciones, el fútbol femenino que crece en forma continua e inferiores cada vez más numerosas en calidad y cantidad confirman que el fútbol cordobés atraviesa un momento envidiable. Uno de los secretos de esto es que las diferentes dirigencias han logrado darle continuidad a los proyectos, que hay coherencias en las conducciones y que más allá de imponer su propia impronta y de correcciones indispensables, las bases y el esfuerzo de las diferentes directivas lograron tener una continuidad para trabajar sobre seguro.
Belgrano, Talleres, Instituto y mucho más
Cada club tiene qué mostrar y sólo como ejemplo vale tomar los últimos días. El miércoles pasado, Belgrano inauguró en el Gigante de Alberdi nueva platea, luces, cabinas de prensa, bancos de suplentes, entre otras obras, y el sábado detalló costos e ingresos y anunció cómo seguirán las mejoras. Otro ejemplo:el sábado, Sportivo Belgrano de San Francisco protagonizó un hecho histórico, cuando sus divisiones juveniles debutaron en los torneos oficiales de la AFA. Talleres, Instituto, Racing y Estudiantes también están en obras y proyectos constantes.
En eso anda el fútbol de Córdoba, transitando un presente más que positivo, que excede por largo las muy buenas situaciones deportivas, que son muy importantes y motivadoras, pero que tienen muchas más chances de mantenerse en el tiempo con todos estos cimientos clave.
