El futuro llegó para el Mundo Talleres. Fue difícil para todos sus habitantes. Dentro y fuera de la cancha. El Talleres que se construyó en torno a las prioridades que marcaron la Copa Libertadores y la Copa Argentina. No hubo Talleres suficiente para ser protagonista también en la Copa de la Liga Profesional y en la Liga Profesional misma que acaba de concluir.
Fue una realidad que no pudo ser desmentida en el campo de juego, salvo en honrosas excepciones, como pudieron ser aquellos partidos ante rivales encumbrados (equipos grandes o candidatos a ganar los certámenes locales), que podían determinar el cambio en los 11 titulares que los DT de turno reservaban para las competencias prioritarias.
Ahora ya está. No hay nada más importante que el cruce eliminatorio que se jugará contra Banfield, el miércoles a las 18 en el estadio de Newell’s de Rosario, por una de las semifinales del torneo federal.
El cierre de la participación de Talleres en esta Liga Profesional terminó siendo una etapa preparatoria para ese partido crucial. A ese contexto hay que sumar el 2-1 de ayer sobre Gimnasia y Esgrima La Plata. Talleres superó la mitad de la tabla en un certamen en el que marchó en las últimas posiciones, de la misma manera que evitó los puestos finales de una tabla anual que llegó a mostrarlo en el último lugar por los 11 puntos que hizo en el primer torneo. Algo que condicionó su acceso a los torneos internacionales para 2023, una posibilidad que solamente podrá lograr por la Copa Argentina.
El triunfo sirvió para dignificar la campaña de la Liga y para fortificar la relación con un público que se ilusionó bastante en las competiciones prioritarias, pero que mucho no se bancó los bajos rendimientos locales ni las lesiones que aquejaron tanto a jugadores claves con acuse de recibo en gestos y declaraciones de varios de ellos, caso Valoyes y Santos.
En la cancha, el 2-1 le ofreció a Gandolfi respuestas esperadas. Talleres encaminó el partido con dos golazos desde afuera del área (pensar que en el inicio de la temporada era el que menos pateaba) y fue profundo con un equipo alternativo ante un Gimnasia LP -había sido animador del torneo- que abusó de la pierna fuerte y de dividir la pelota para recuperar en segunda instancia, aún cuando Tomás Muro la clavó en un ángulo.
Talleres ganó por los golazos de Matías Esquivel y de Gonzalo Álvez (18 años), pero también porque logró limitar sus errores en la salida, la gestión de Sosa y los malos rechazos en los poquitos ataques del rival.
Esquivel convirtió y pudo conducir a Talleres cuando dejó de sumarle un tiempo más a cada jugada; algo que Matías Godoy hizo solamente cuando lo asistió y que Leandro Espejo, directamente, no pudo hacer. El sanjuanino ganaba por izquierda, pero el negocio lo perdía en la resolución. Álvez sí acertó: salió de ese camino que lo estaba conduciendo al banco para ser el héroe.
Volvió Alan Franco (lo reintervinieron en el cuello) y sería el acompañante de Rodrigo Villagra en el doble 5; Enzo Díaz (superó apendicitis) también retornó bien. “El que está mejor, es el va a iniciar en Rosario”, aseguró un Gandolfi para el que también se le adelantó el futuro. Lo quiere Martín Demichelis, candidato a dirigir en River. Y Talleres pretende que lo conduzca a un título.
