Ante Boca, el Gigante lució como siempre y como nunca. Después de la victoria en La Plata, el hincha llegó con ánimos renovados a ver su equipo. Las chances de clasificar, los resultados y el rival de turno hacían que el sábado por la noche solo haya un plan posible: ir a ver a Belgrano.
Los alrededores de la cancha se coparon rápido, el clima acompañaba, la lluvia ya había pasado y el ambiente invitaba ir con tiempo, comer algún choripán, disponer de alguna bebida y disfrutar de la previa. En cuanto a la semblanza de la previa, el hincha pedía un Belgrano con más “carácter”, más parecido al de las mejores épocas del “Ruso” Zielinski.
El estadio además estaba de estreno con una nueva obra, la pantalla led sobre la preferencial, que si bien todavía no podía lucir en plenitud, le dio a la cancha otro matiz que demuestra el crecimiento constante.
En el aplausómetro del hincha, el podio estaba claro. Santiago Longo, Franco Jara y “Uvita” Fernández se llevaron el aliento de las cuatro tribunas. También hubo un reconocimiento para Ricardo Zielinski, quien vino en un momento complicado del club.
En cuanto al rival, los más apuntados fueron Edinson Cavani y Marcos Rojo, los referentes del club. Fernando Gago también fue objeto de silbidos cuando la voz del estadio lo nombró. Uno que recibió mimos fue Juan Barinaga, que ocupó un lugar en el banco de suplente y fue aplaudido cuando su nombre sonó en los altoparlantes.
Y el momento del recibimiento otra vez quedará pegado en la retina de todos, los que lo vieron en la canchay los que lo siguieron por televisión. El estadio quedó a oscuras y las linternas de los celulares, celestes y blancas, iluminaron la salida de os equipos al campo de juego. De fondo, los fuegos artificiales le pusieron tono de espectáculo a lo que se estaba viviendo en Alberdi. De a poco, las banderas comenzaron a descender desde lo alto de las cabeceras y se movián al compás del canto ensordecedor de los piratas. La pantalla led brillaba y el Gigante de a poco volvía a ilumionarse. El clima de partidazo era total y la responsabilidad pasaba a los jugadores para devolver semejante apoyo.
El resultado no colaboró y fue otro golpe a la ilusión de los hinchas de Belgrano. El equipo tuvo sus momentos, pero terminó cayendo ante el puntero de la zona. Los más destacado dentro de un partido con pocas luces fue el aliento incondicional de los piratas.
Empujó cuando había algún signo de reacción, se agarraban la cabeza ante cada chance perdida y respondía con aplausos. Hasta que el gol de Menossi levantó a todos y fue un desahogo que apenas duró minutos. En un Gigante de estreno, Belgrano fue una película vieja, ya vista Al Pirata le quedan tres finales para tener chances, apenas una de local y necesitará más que nunca de su gente para cumplir el objetivo.