¿Qué es la gloria en el fútbol? Es difícil saberlo, pero no para la familia de Cristian “Pololo” Ludueña, el pibe de Talleres que entró a los 43 minutos del segundo tiempo del 4-1 con Emelec, que marcaba la despedida de la Copa Sudamericana.
El enganche de barrio Ituzaingó, la misma zona de donde surgió Emanuel “Bebelo” Reynoso, por orden de Alexander Medina entró por la figura del juego, Carlos Auzqui. Fueron pocos minutos para demostrar sus talentos, pero lo increíble se vivió con sus seres queridos, quienes empezaron a volverse locos cuando la cámara enfocó al pibe que con el número 40 que estaba al borde de la línea de cal, listo para ingresar.
A medida que la imagen dejaba de enfocar al “Perro” y “Pololo” empezaba a ingresar en el cuadro por cuadro, empezó el griterío. “¡¡¡Siiiiiii!!! , ¡¡¡Gracias Dios!!! ¡¡¡Gracias!!!”, se distinguía claramente en medio de una emoción loca e increíble por el estreno del pibe que antes de entrar al campo de juego del George Capwell, atinó a persignarse.
“No tengo palabras, todavía tiemblo. Mi amigo acaba de debutar oficialmente. Gracias Dios, por permitirnos vivir esto tan lindo que nos llena el alma de alegría a todos”, escribió su hermano del alma, Pablo Masin, el mismo que con su celular permitió ver cómo es ese fútbol que no se ve, el sacrificio de años de una familia por alguien que soñó con ese momento.
Sí, en la imagen estaban los padres, hermanos y amigos. Todos gritando por “Pololo”.
“Pololo” viene de emoción en emoción y tiene un apellido histórico en Talleres. Pasaron “el Hacha” Ludueña, su hijo Daniel y Miguel Angel Ludueña. Si bien el pibe no tiene parentesco alguno, lleva el talento en las venas y en las costumbres. Es “10″, enganche y hace poco firmó su primer contrato.
“Es un orgullo y una felicidad increíble. Después de tantos años de lucharla y de tanto esfuerzo. hace 11 años que estoy en el club. Desde no tener nada a todo. Es un prestigio muy valorable”, dijo el pibe recién llegado a Córdoba desde Ecuador.
Con “el Rulo” Romero
Fue una noche soñada para Ludueña y también para su amigo David Romero. “El Rulo” tuvo su debut como titular y “Pololo”, sus primeros minutos en Talleres. Fueron la gloria para él y para los que soñaron con ese momento.
