¿Cuántas veces reclamó Talleres que Liga Profesional programara la final de la Supercopa Internacional 2023 ante River? Muchas. Sin dudas. Hubo que esperar la definición de un sponsor que reemplazara al que había organizado las ediciones anteriores; luego, la voluntad de AFA –sin pasar por alto la pelea pública de la “T” contra “Chiqui” Tapia y su conducción desde aquella conferencia de Andrés Fassi del 7/9/2024, la conveniencia de River, que no fuera en fecha Fifa para poder jugar con sus seleccionados– hasta llegar a la notificación esperada por Talleres.
Con día, hora, lugar, precios para localidades y actualización del pago del premio por jugarla el que a valores históricos fue de 1.300.000 dólares cada equipo más 300 mil para el ganador.
Lo cierto es que, como cualquier futbolista que demanda la oportunidad de jugar, la preparación debe ser al 100. Para no dar ventajas.
Talleres planificó eso, pero, en el umbral de la final, quedó subido a un escenario en el que no está entero. En juego y resultados.
Después del 0-1 ante Lanús (tres derrotas en cuatro partidos), el DT Alexander Medina barajó y dio de nuevo. Viró hacia un Talleres que fortaleció coberturas defensivas -relevos sobre todo-, errores posicionales y marcas permisivas, al que le llegaban poco y le convertían.
Mientras tanto, en el área de enfrente, erró casi todo lo que generó. Falló mucho en el área de San Lorenzo, Independiente y Lanús, algo que no le perdonaron. Con Godoy Cruz dependió de un gol anulado por VAR para no perder y fue el partido que menos llegó.
En San Juan, vio la luz el nuevo formato (4-4-2 por el tradicional 4-2-3-1), con doble cinco de contención integrado por el refuerzo Joaquín Mosqueira y Ulises Ortegoza, Emanuel Reynoso por Botta y cambio de nueve con Federico Girotti por Nahuel Bustos. El partido salió del cero porque Gastón Benavídez -ingresó en el ST por Augusto Schott- se avivó y aprovechó el quedo de Lucas Diarte. Porque la “T” habría errado tres o cuatro goles, aunque se había cubierto bien. Ese 1-0 sirvió para evitar que fuera el peor arranque desde la vuelta a Primera en 2016.
Llegó Atlético Tucumán y el planteo buscó ser un poco más agresivo. En ataque trató de contar con un lateral como Navarro jugando más adelantado, Galarza Fonda de “falso” extremo, doble 5 con la vuelta de Matías Alejandro Galarza y el doble 9 con Bustos más Girotti. Todo eso para que Botta, arrancando desde la derecha tuviera una cancha para gravitar. Era su regreso al “11″, en lugar de “Bebelo”.
Para recuperar, el cinco de corte siguió siendo Mosqueira, siendo que va mejor hacia adelante -de único cinco hizo sus cuatro goles en Unión- y lo sumó a Ortegoza para ofrecer cobertura al pibe Santiago Fernández que entró por Juan Rodríguez, que rotó. Benavídez, en su vuelta no subió.
“El Cacique” contó que se equivocó en el planteo inicial y que tuvo que cambiar a un 4-4-2 a la media hora de juego porque al paraguayo le hicieron marca personal. La “T” se había transformado en un equipo previsible, con un Botta que transportar mucho para poder conectarse con sus pretendidos socios. Así y todo la “T” generó situaciones, pero en el fondo la pasó mal con Coronel y la inteligencia de Acosta. Hasta “el 10″ albiazul tuvo que bajar para darle una mano a “Chaco”. En una llegó tarde y Atlético pasó arriba, después de haber generado igual o más que la “T”.
El 1-1 llegó con Botta ya de enganche y poniendo la pelota al claro para que Benavidez encontrara la cabeza de Ortegoza. Como antes de tanto cambio.
Medina dijo que individualmente había sido el partido más flojo, aunque dejó claro que hay material y que tiene un equipo con nueve nombres. Sin embargo, volvió a pedir que lleguen dos zagueros ya que le volvieron a convertir, en este caso por un error de cobertura de este nuevo Talleres. Y arriba sus delanteros volvieron a fallar. En la creación entró Reynoso, pero se juntó poco con Botta.
Quedan Riestra y Tigre por el apertura; luego, llegará River. Siempre hay tiempo para mejorar lo existente, pero se hizo un poco tarde para que llegaran los refuerzos que aún está buscando. Van a venir más cambios y ensayos, en tiempos en los que ya debía haber certezas.
¿Será suficiente Talleres? Solamente los jugadores y el DT lo saben.