Fue paradójico. En los minutos finales fue cuando Talleres estuvo más cerca de ganarlo. El desborde de Luis Miguel Angulo y la salvada tremenda de Lisandro López al tiro de Federico Girotti terminaron siendo la acción más importante ante un Belgrano que había logrado abrir el partido con la conducción de Rubén Botta y el primer pase de Matías Alejandro Galarza.
Qué buena fue esa jugada, la mejor de una serie de acciones que llegaron recién sobre el final, una vez que Carlos Tevez entendió que su Talleres ya no iba a poder quebrar a Belgrano con juego directo, sino más bien con un conductor. ¿Fue tarde porque no convirtió? No. Porque no se trató solamente de una cuestión de efectividad, sino de una serie de decisiones que impactaron en el juego y obligaron al equipo a un nuevo ensayo que se prolongó demasiado tiempo.
Es cierto que Rick generó una ventaja y Talleres se aseguró la tenencia de la pelota, pero eso limitó a Valentín Depietri y exigió doblemente a Nahuel Bustos.
Talleres se marchó con un 0 que lo obligará a ganar ante Gimnasia, ya que Aldosivi le restó puntos y nuevamente lo amenaza.
11 equipos distintos
De movida, el DT Carlos Tevez intentó ganarlo desde el misterio, sin dar pistas sobre la formación titular, y con la sorpresa de tres variantes: los ingresos de Nahuel Bustos, Juan Camilo Portilla y Federico Girotti por Rubén Botta, Matías Galarza y otro jugador, respectivamente, además del lógico cambio de sistema.
Sin embargo, el undécimo cambio de formación para contener al once en un novedoso 4-1-2-3 no le ofreció los resultados esperados para poder quebrar a un Belgrano que lo preocupó poco. Es cierto que limitó las asociaciones entre Zelarayán, Metilli, Jara y Fernández, pero el costo sobre su propio ataque fue alto. El juego directo pretendido pocas veces se concretó.
Así como Belgrano solamente le llegó una vez con ese remate de Jara que exigió a Herrera, Talleres generó apenas un poco más. Entre Portilla, Cáceres y Ortegoza recuperaron la pelota, pero sin progresar ni ser agresivos. Tampoco Bustos, entre el 9 que debía ser y el 10 que podía armar juego. Todo dependió de Rick y sus piques. Gracias a uno de ellos, Depietri tuvo la más clara con un tiro cruzado; las que tuvo Bustos fueron más forzadas.
Tevez dispuso el ingreso de Girotti por NB7, pero poco cambió; Rick se fundió y entró Luis Miguel Angulo. El ingreso del colombiano fue un acierto, pero más que la estructura de juego, esta terminó de armarse con Rubén Botta y Matías Galarza al final. Fueron un puñado de minutos, pero en los que más cerca estuvo de quebrar el 0. La de Girotti que sacó López fue increíble, sin dudas.
