“De Talleres ni hablar”. El diario El Telégrafo, de Guayaquil, no anduvo con vueltas a la hora de graficar en el suplemento deportivo lo que había sido la visita de Talleres al Emelec, aquel 1º de agosto de 1976, en el único antecedente que registra el historial entre los equipos que este jueves se enfrentarán en el Mario Kempes, por la primera fecha de la Copa Sudamericana.
Es que el equipo que conducía Rubén “el Maestro” Bravo era una orquesta y le dio un baile memorable en el Estadio Modelo, con un 3-0 que, según la crónica, se quedó corto. Dos goles de Luis Ludueña y otro del recordado Ricardo Cherini estructuraron un marcador que exhibió la clara superioridad de los albiazules sobre los locales, dirigidos por el mítico Alberto Spencer y con el argentino Oscar “Cachín” Blanco en su plantel de futbolistas.
Eran otros tiempos, claro está. Talleres tenía cinco jugadores en la selección argentina (el mencionado Ludueña, Luis Galván, Miguel Oviedo, Daniel Valencia y Humberto Bravo), además de un referente nacional como Daniel Willington. El cotejo estaba enmarcado en una de las frecuentes salidas internacionales de Talleres, que se había iniciado con un resonante triunfo en Lima ante la selección de Perú (2-1) y un empate sin goles ante el Deportivo Junín, en Huancayo.
Por entonces, las comunicaciones entre países eran por demás complejas y conocer los detalles de la actuación de la “T” no era para ansiosos. Por eso, no extrañó que los detalles del encuentro recién llegaran a Córdoba al día siguiente, a pesar de que el club pagó los gastos del traslado de un periodista (Marcos Marchini) para darle mayor difusión a su gira en todos los medios.
Seguramente el editor de La Voz del Interior se tomó la cabeza con el percance. “Al cierre de nuestra edición –1.30 de hoy– y a pesar de los denodados esfuerzos realizados, no pudo lograrse la correspondiente información sobre la realización del encuentro amistoso entre Talleres y Emelec. Es por tal causa y, muy a pesar nuestro, que no podemos concretar para los consecuentes lectores, la información deseada”, publicó este diario en un breve recuadro que llevaba por título “Talleres en Guayaquil”.
Dos días más tarde, la excursión cordobesa finalizó en Portoviejo, donde los de barrio Jardín lograron conservar su invicto al igualar 1-1 con la Liga Deportiva Universitaria.
Al año siguiente, como para demostrar que el fútbol cordobés estaba de moda, el invitado a jugar en Guayaquil fue Belgrano, que se presentó en el mismo escenario el 20 de marzo de 1977, aunque con final distinto. Ya reforzado por otros dos argentinos (Julio Apariente y Carlos Miori), Emelec se impuso 4-3 ante el Pirata, que tenía al prestigioso Federico Sacchi sentado en el banco como conductor técnico.
