El reconocido periodista deportivo Emiliano Pinsón, diagnosticado con mal de Parkinson en 2022, se embarca en un nuevo y esperanzador desafío: viajar a España para someterse a un tratamiento experimental.
A casi tres años de recibir la dura noticia, que él mismo definió como algo para lo que no estaba preparado, Pinsón no baja los brazos y sigue adelante, dando pelea.
Pinsón, quien recientemente cumplió 53 años, padece un tipo de Parkinson atípico con atrofia multisistémica. Desde el diagnóstico, ha enfrentado “dolores internos, la medicación, el tratamiento, el dolor de lo que ya no puede hacer y la rigidez”. Sin embargo, su fortaleza y espíritu guerrero le impiden ser derribado fácilmente.
La noticia que reavivó su esperanza es que fue aceptado por la Universidad de Navarra, en España, para formar parte de un protocolo experimental que consiste en la aplicación de una vacuna contra este mal neurodegenerativo.
Si bien es algo muy reciente y aún sin eficacia comprobada, renueva la ilusión de poder “dar pelea de una manera más justa” y de que ayude a “detener el maldito Párkinson”. Pinsón había adelantado hace semanas que viajaría a Europa por trabajo y aprovecharía para iniciar el proceso de selección, logrando finalmente ingresar al programa.
Antes de partir, el periodista vivió momentos emotivos que reflejan el profundo cariño y apoyo que lo rodea.
Sus amigos y colegas le brindaron un acompañamiento incondicional. La periodista Luciana Rubinska compartió un conmovedor posteo, recordando el día del diagnóstico, las lágrimas compartidas, y el resurgir de Pinsón tras caer. Destacó que la enfermedad no ha logrado borrar su “amor a la vida, tu sentido del humor y la capacidad para escuchar al otro”. Rubinska le aseguró que “nunca te dejaremos caminar solo”, con la promesa de que “You will never walk alone”. Expresó su deseo de que la medicina funcione para que pueda volver a jugar el partido que tanto extraña.
Otros mensajes de apoyo resonaron en sus redes. Daniel Retamozo señaló que Pinsón va a España “a seguir dando pelea. No para, no baja los brazos, sigue para adelante”. Alguien más, con profundo afecto, lo llamó “nuestra inspiración”, asegurando que su lucha es “nuestra lucha” y que lo esperan de vuelta, incluso bromeando sobre su regreso con el pelo largo y los abdominales marcados.
Ante todo este respaldo, la respuesta de Emiliano Pinsón es contundente y llena de gratitud: “¿Cómo voy a bajar los brazos con los amigos que tengo?”. Refiriéndose a quienes lo llaman “pobre Emiliano”, él responde que tiene “una vida preciosa, con amigos que me quieren y lo demuestran, que me cuidan como hermanos mayores”. Para él, esta riqueza humana es invaluable.
Este viaje a España no es solo un tratamiento médico; es la continuación de una lucha con la esperanza renovada, impulsada por el inmenso cariño de quienes lo acompañan en cada paso, demostrando que, a pesar de la adversidad, la vida es preciosa cuando se comparte y se pelea juntos.