Las divisiones formativas de Belgrano han sido el motor deportivo del club en los últimos tiempos y también la gran caja para el funcionamiento económico de la institución.
El mayor porcentaje de dinero que las arcas del Pirata recibió desde hace tiempo llegó por las transferencias que se hicieron, ya sea en el momento o residuales generados por porcentajes dejados a la hora de cerrar los pases.
Arqueros, volantes, delanteros y defensores surgieron de esa inagotable fuente de generación de jugadores y le han permitido a la institución de Alberdi crecer y renovarse.
Pero, últimamente, han sido los defensores los productores de dinero para la entidad cordobesa, y este mercado de invierno no parece ser la excepción a esta “regla no escrita” que se viene repitiendo.
Nicolás Meriano (24), Matías Moreno (20) y Mariano Troilo (20) son los que figuran en carpeta de los clubes que están en busca de marcadores centrales para sus equipos y pareciera que con la salida de uno de ellos, o tal vez algunos más, nuevamente se robustecerá la tesorería celeste de cara a lo que resta de la temporada.
Ejemplos sobran
Sin duda que el marcador central que más dinero le generó a Belgrano fue Cristian Romero, porque el campeón del mundo se fue muy joven para el Genova de Italia a cambio de 1,8 millones de euros por el 90% de su ficha. Luego fue vendido a la Juventus en 26 millones, posteriormente pasó al Atalanta y, de allí, al Tottenham (cerca de 55 millones de euros fue el monto del traspaso), donde ahora se encuentra. En cada una de esas transacciones fue produciendo dinero para la “B” por derechos de formación.
Otro que empezó a recorrer el mundo desde joven fue Bruno Amione, quien dejó la “B” a principio de 2019 a cambio de 1,2 millones de euros para sumarse al Hellas Verona de Italia. De allí tuvo un par de préstamos en el propio país europeo (cada uno de ellos sumó dinero) a Reggina y a Sampdoria, para finalmente ser vendido este año al Santos Laguna de México por 3 millones de euros, cuyo 10% aún era del Pirata.
No han sido estos los únicos centrales que surgieron desde el club y que al irse le dejaron un ingreso importante. Se puede mencionar a Franco Peppino, quien, tras lograr el ascenso de 2006 en campo de Olimpo de Bahía Blanca y jugar un año en Primera con la “B”, se fue en 2007 a los Tiburones Rojos de Veracruz en México.
Más atrás en el tiempo queda el pase de Sebastián Brusco a Racing Club en 1997, quien se fue en épocas en las que el presente deportivo y económico eran bien complicados.
Hubo otros defensores que generaron ingresos importantes, como Renzo Saravia, quien hoy brilla en el Atlético Mineiro; Tomás Guidara, en Vélez, o Luciano Lollo, quien fue campeón en la Copa de la Liga hace pocos días con Estudiantes de La Plata.
La cantera no se agota, sigue produciendo dinero y podría hacerse una larga lista de jugadores que fueron vendidos en los últimos tiempos y que le dejaron en caja al club su aporte.
Arqueros, volantes, delanteros y defensores que generan plata para que la máquina no se frene, para que la gigantesca industria del fútbol continúe su marcha. Belgrano sabe que es productor y vendedor de jóvenes promesas.
