Armando Valentín Pérez es un nombre que estará ligado a fuego por siempre con la historia de Belgrano. El empresario de los cosméticos que se acercó al club en el peor momento, cuando las cuentas estaban en rojo y la Justicia amenazó con hacerlo desaparecer, logró mediante su gestión enderezar el rumbo de la gerenciadora Córdoba Celeste SA y devolvió la felicidad a la institución centenaria de barrio Alberdi.
Este martes, se produjo el deceso del empresario, que desde hace tiempo venía con complicaciones de salud. La familia de Pérez confirmó la noticia a La Voz.
El legado de Armando Pérez
Un dirigente que hizo de su nombre un símbolo porque dejó de ser Pérez para ser simplemente “Armando”. Que cuando la historia reclamó por la llegada de idóneos, fue quien se arrimó a Francisco Mentesana, tesorero del club en el inicio del siglo, como para dar una mano y, después, venir a poner el hombro definitivamente.
Cuando la quiebra golpeó la puerta y entró en escena la empresa que se presentó como única postulante, con Norberto Castaños y sus socios, para acomodar el rumbo del club, debió salir al rescate de ellos en 2005 para evitar que todo se pusiera muy oscuro para el Pirata.
Fue en ese año en el que su nombre comenzó a transformarse en sinónimo de la “B” porque llegó para revolucionar todo por Alberdi. Porque empezó a innovar en algunos conceptos propios del funcionamiento institucional y en la manera que el fútbol se estaba viendo hasta esos días.
Cuando toda Córdoba Celeste quedó en su poder y Luis Manzanares se alejaró del club, la reconstrucción de Belgrano empezó a darse. Nació Villa Esquiú, que hoy lleva su nombre, porque fue quien compró esos terrenos con su dinero y después los donó para que nunca más el Pirata los pierda.
Las inferiores fueron su prioridad y, con el correr de los años, el saneamiento económico se empezó a dar, lo que finalmente sucedió en 2011, porque allí Belgrano volvió a manos de sus socios para transformarse en uno de los clubes más importantes del interior del país.
Su voz y su legado
Pérez fue un hombre de palabras simples, con su voz potente que llenó cada rincón del ámbito donde se expresó. Logró, sin estridencias ni gritos, que la atención de los que lo escuchaban se diera a pleno. Frases certeras elaboradas con la retórica de los exitosos y capaz de llegarle a la fibra íntima de quienes estaban dispuestos a oírlo.
Delante de los socios del club, los futbolistas y los empleados, siempre utilizó las oraciones justas para simplificar lo que buscó decir. Era imponente porque podía hablar sin que nadie emitiera un sonido que interrumpiera lo que estaba diciendo.
Primero trabajó como empresario para salvar a Belgrano del desastre que conducciones anteriores habían provocado en las arcas celestes. Se dedicó de lleno a pagar las deudas y a levantar una quiebra que fue una espada de Damocles sobre una institución arraigada en uno de los barrios más populares de Córdoba.
Fue efectivo en su gestión porque su trabajo le devolvió al club la esperanza de ser, de volver a ser. Dividió su tiempo entre su familia, sus empresas y Belgrano, dedicándole muchos días para que dejara de ser una entidad en quiebra y fuera nuevamente un club de los socios.
Con ideas claras sobre lo que pretendía y buscaba para la “B”, un día fue detrás de Ricardo Zielinski y, a fines de 2010, lo trajo para que fuese el más exitoso entrenador de la historia del club, con un ascenso, un par de subcampeonatos en primera y tres clasificaciones a la Copa Sudamericana.
Siempre dispuesto con quien lo necesitara, empleado o no del club, socio o simpatizante. Todos pudieron dialogar con él cuando se lo solicitaron porque era un hombre de bien que no cerró puertas ni levantó muros, sino que derribó diferencias y fue capaz de construir desde las cenizas un club ejemplar para el fútbol nacional.
Sus logros
Nadie puede dudar que el más importante de todos fue levantar la quiebra. No tiene comparación porque fue el súper premio para los socios que un día pudieron volver a empadronarse, pasar por las urnas y elegir sus autoridades. Dijeron presente en las asambleas y fue por su gestión, su trabajo y su esfuerzo.
Después, en lo deportivo, consiguió dos ascensos, en 2006 en Bahía Blanca ante Olimpo y en 2011 en el Monumental de Núñez ante River, lo que le valió que su nombre recorriera el planeta y se hablara de Belgrano en miles de rincones del mundo.
Logró que el equipo fuese dos veces subcampeón en torneos de 20 conjuntos y accedió tres veces a la Copa Sudamericana siendo, además, semifinalista de la Copa Argentina.
Llevó las inferiores a jugar en AFA y consiguió los primeros títulos oficiales de juveniles en la historia, potenció el trabajo en las formativas y desde sus filas surgieron emblemas del Pirata en el mundo como Franco “el Mudo” Vázquez, Lucas “el Chino” Zelarayán, Cristian “el Cuti” Romero, Renzo Saravia, Bruno Amione, Emiliano Rigoni y muchísimos más que aún le siguen dando rédito económico a la institución.
Aquel campo arado y con más hierba que lugar para entrenar es hoy uno de los predios más impresionantes de los clubes de la Liga Profesional, que llegó de la mano de Armando, quien decidió hacer el esfuerzo y culminarlo con instalaciones y campos de juego en las mejores condiciones.
Inició la tribuna Tomás Rodolfo “Tito” Cuellar para ampliar la capacidad del Gigante para que el equipo pudiera regresar a su “casa” en Alberdi.
Armando pasó a la historia. En 1905 fue Arturo Orgaz quien fundó un club con amigos del barrio, pero Pérez lo puso de pie nuevamente en 2011, cuando lo plantó en la escena nacional y limpió su nombre para que todos los socios hoy lo puedan disfrutar.
Su paso por AFA
En 2016, cuando AFA era un desierto y estaba a punto de derrumbarse de manera definitiva, FIFA y Conmebol decidieron armar una Comisión Normalizadora que buscaría sacar del caos a una entidad al borde de la quiebra y tapada por la corrupción de los propios dirigentes del fútbol.
Así fue que FIFA dio a conocer el siguiente comunicado:
“Tras la decisión del bureau del Consejo de la FIFA del 24 de junio de 2016 de nombrar un comité de regularización para la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), una misión conjunta de la FIFA y la CONMEBOL visitó Argentina para seleccionar a los miembros de dicho comité.
Tras este proceso, hoy se ha confirmado la siguiente composición del comité:
· D. Armando Pérez (presidente)
· D. Javier Medin (vicepresidente)
· Doña Carolina Cristinziano
· D. Pablo Toviggino”.
Debió batallar contra las conspiraciones del fútbol nuestro que aún hoy siguen flagelando al juego y a los clubes. Buscó los recursos para que no dejara de funcionar, convenció a Lionel Messi para que siguiera jugando con la camiseta del seleccionado y contrató un entrenador para la albiceleste.
Con aciertos y errores, fue el único que Fifa entendió podía hacer algo por AFA y, a su manera, lo hizo. Dejó hasta su salud en los pasillos de la casa de la calle Viamonte en la Capital Federal.
Armando Pérez, o simplemente Armando, llegó a Córdoba para cambiar una manera de pensar en el fútbol, para ser un símbolo de Belgrano hasta la eternidad.