Mientras el mercado de pases de la Liga Profesional sigue en modo invierno, con más rumores que movimientos concretos, en Córdoba ya se empieza a mover el tablero. Según pudo saber este medio, Andrés Fassi, presidente de Talleres, levantó el teléfono y marcó el número de un colega: del otro lado atendió Manuel Pérez, mandamás de Racing de Nueva Italia.
El tema del llamado fue uno solo: Julián Vignolo. El joven delantero, una de las joyas que Racing quiere cuidar, ya estuvo en el radar de Europa a fines de 2024 y ahora podría entrar en el mapa albiazul.
Fassi consultó condiciones por el atacante y ambos dirigentes quedaron en reunirse personalmente en Córdoba en los próximos días. Pérez se encuentra en España, pero su regreso es inminente.
Si bien se mencionó que la cláusula de salida es de 600 mil dólares, desde la Academia aclaran que no existe tal cláusula escrita, pero sí un compromiso de palabra con el padre del futbolista: si llega una oferta por ese monto, la escuchan. Incluso a fines del año pasado hubo una chance concreta desde Italia, pero el club decidió mantenerlo. “No le vamos a cortar la carrera”, habían prometido.
Por ahora, en Nueva Italia no hay apuro: la prioridad es pelear el ascenso y Vignolo es una de las armas clave del equipo. “Racing se va a quedar con un porcentaje. Por eso también queremos ver bien con qué club negociamos”, le dijo Pérez a este diario.
Y agregó, sin vueltas: “Más allá de alguna diferencia que podamos haber tenido con Talleres, nosotros tenemos que escuchar a todo aquel que tenga interés. De momento tenemos otras tres propuestas más incluso”.
Por ahora, es solo una charla. Pero en el mercado del fútbol argentino, una charla puede ser el primer capítulo de una novela de invierno. Y en Córdoba, nadie quiere perderse el final.
¿Regresa a barrio Jardín?
La historia de Vignolo con el fútbol arranca en El Tío. El delantero comenzó a jugar allí a la pelota con apenas seis años. El nacido en Arroyito luego siguió luego su carrera en Cultural y de allí saltó a Talleres con apenas 12 años.
“Hasta ese momento jugaba de volante central. Pero ahí ya me pusieron de delantero. Era 9 de área pero luego empecé a darme cuenta que lo mío estaba por los costados. Igual reconozco que no me fue bien en Talleres. El hecho de viajar todos los días también me complicaba”, contó Vignolo durante su visita a La Voz tiempo atrás.
Y agregó: “Durante la pandemia se dio la posibilidad de irme a jugar a Racing por contactos de mi papá. Tuve al principio dos pruebas en las que no me fue bien. Luego cambiaron de coordinador y asumió Sebastián Vezzani. Al final tuve otra chance y quedé”.
Ahora, con 18 años y goles que valen contratos, Vignolo está en la mira una vez más de la “T”. Y como siempre en el fútbol, todo puede cambiar con una llamada.