El ciclo de Gustavo Quinteros en Gremio de Porto Alegre llegó a su fin tan rápido como había comenzado. El entrenador argentino, flamante campeón con Vélez en la Liga Profesional 2024, no logró consolidar su proyecto en Brasil y fue despedido tras apenas unos meses en el cargo.
La derrota por 4-1 frente a Mirassol, en la cuarta fecha del Brasileirao, fue el golpe de gracia. El equipo paulista, debutante en la máxima categoría, dio la sorpresa en San Pablo y dejó sin argumentos a la dirigencia del “Tricolor”, que comunicó oficialmente la salida de Quinteros y su cuerpo técnico al término del partido.
El técnico de 60 años había asumido en reemplazo de Renato Portaluppi con buenas sensaciones tras su exitoso paso por el fútbol argentino. En sus primeros partidos al mando de Gremio, el equipo mostró solidez en el Campeonato Gaúcho frente a rivales menores, pero cayó en la final ante Inter: 2-0 en la ida como local y un empate 1-1 en la vuelta que selló el primer objetivo fallido del año. Cabe destacar que en ese encuentro decisivo no estuvo en el banco: su ayudante Leandro Desábato lo reemplazó debido a una suspensión por agresión a un rival en semifinales.
En la Copa de Brasil, el camino también fue cuesta arriba: necesitó definiciones por penales para superar a São Raimundo y Athletic, equipos teóricamente inferiores. Mientras tanto, el juego del equipo no convencía y la paciencia de los hinchas comenzaba a agotarse. El propio Quinteros no dudó en manifestar públicamente su malestar por la planificación del club: “los 11 refuerzos llegaron con las competencias ya iniciadas”, expresó en una de sus conferencias.
El Brasileirao fue el escenario donde todo se desmoronó. Tras un debut alentador con victoria ante Atlético Mineiro, Gremio encadenó derrotas ante Ceará, Flamengo y la reciente debacle contra Mirassol, lo que volvió insostenible la continuidad del “Profesor”.
En el medio, el equipo había tenido un inicio prometedor en la Copa Sudamericana, con dos triunfos ante Sportivo Luqueño y Grau, y estaba a las puertas de un duelo clave ante Godoy Cruz, el próximo jueves. Sin embargo, la prioridad del club estaba puesta en el inminente clásico frente a Inter de Porto Alegre, previsto para este sábado, que prometía un clima tenso con Quinteros aún en el cargo.
Ahora, con su salida consumada, queda abierta la incógnita sobre el próximo destino del entrenador. A pesar del traspié en Brasil, su prestigio en el fútbol argentino sigue vigente y su nombre volverá a sonar con fuerza cada vez que se libere un banquillo. Su estadía en Gremio se cierra con un registro respetable: 11 victorias, cuatro empates y cuatro derrotas.