El estadio Monumental de Instituto, en la ciudad de Córdoba, fue escenario de una noche única este miércoles. Ahí se está definiendo la Final de la Copa Argentina. Y, luego del 2-2, Independiente Rivadavia de Mendoza y Argentinos Juniors definen en los penales al campeón. Y en esa instancia festejó Independiente Rivadavia al imponerse 5-4. El partido fue arbitrado por Nicolás Ramírez.
En los penales, para Independiente Rivadavia marcaron Luciano Gómez, Iván Villalba, Kevin Retamar, Sheyko Studer y Sebastián Villa. Mientras que Gonzalo Marinelli le atajó a Tomás Molina.
Para Argentinos lo hicieron Alan Lescano, Hernán López, Lautaro Giaccone.
Independiente Rivadavia, dirigido por Alfredo Berti, se clasificó a la Copa Libertadores 2026. Además consiguió su primer título bajo la órbita de la AFA.
Lo que pasó en los 90 minutos entre Independiente Rivadavia y Argentinos
Al gol de la ventaja para los mendocinos lo marcó Alex Arce, a los 9 minutos del primer tiempo.
A los 40 del primer tiempo, fue expulsado por dos amarillas el volante Maximiliano Amarfil.
Matías Fernández amplió a los 16 minutos para los mendocinos.
Y a los 16 descontó Alan Lescano para Argentinos.
Y en tiempo de descuento fue expulsado Alejo Osella, también por doble amarilla.
Y en el séptimo minuto de descuento, Erik Godoy estableció el empate para Argentinos Juniors.
La crónica de una final inolvidable para Independiente Rivadavia
Córdoba lo hizo, otra vez. Una vez más, la provincia volvió a estar a la altura de las circunstancias y acogió con éxito un espectáculo de primer nivel al que Independiente Rivadavia y Argentinos Juniors le dieron ritmo y color.
En el verde césped, los mendocinos festejaron el título por penales tras el 2-2, y gozaron de un estadio Monumental de Alta Córdoba que lució a pleno y diluyó las ideas de algunos escépticos que creían que ninguno de los dos conjuntos podía llenar las tribunas y bandejas asignadas.
Bombos, trompetas y cánticos le dieron los condimentos necesarios para hacer que el partido fuera lo que debía ser: una final. Y una final inédita para los registros de la Copa Argentina y para la historia del Bicho y de la Lepra mendocina en un partido que tuvo de todo: goles, infracciones, expulsiones, gritos polémica y penales. Completito.
Córdoba fue la otra protagonista y dejó un exitoso cierre para uno de los torneos más atractivos del fútbol argentino. La provincia estuvo presente desde la previa cuando Joaco Martín, uno de los cantantes del grupo cuartetero DesaKT2, salió a la cancha para entonar las estrofas del Himno Nacional, luego de un imponente espectáculo de luces y fuegos artificiales.
Alta Córdoba, a pleno y a desbordar
El Monumental de Alta Córdoba lució a explotar. De hecho, la capacidad del estadio pareció quedarse corta en algunos sectores. Factor que afectó a ambos equipos.
Hinchas del Bicho que debían ocupar la popular norte (sobre la calle Lope de la Vega) no pudieron ingresar porque la zona estaba explotada. Debieron ubicarse en la preferencial, algunos incluso separándose de amigos y familiares que ya habían entrado al estadio. Sobre esto, el ministro de Seguridad provincial, Juan Pablo Quinteros, dijo que Instituto les aseguró que ingresaban 6500 personas en esa tribuna. Las entradas se vendieron de más y la capacidad se sobrepasó.
Algo similar pasó con la gente de la Lepra que estaba en la platea sobre la calle Jujuy. Apretados en un sector de las butacas, el cordon policial debió disponer que los trabajadores de prensa nos desplacemos cada vez más hasta un rincón para que los hinchas puedan, al menos, dar unos pasos a sus costados.


Si algo tiene para destacar con todas las letras la Copa Argentina es su público. Acostumbrados a partidos con una sola parcialidad, las citas en este certamen devuelven el folclore de tener a las dos hinchadas cantándose una a la otra.
“La copa se va a Mendoza”; “Vamos Bicho que quiero salir campeón” y un sinfín de gritos y cánticos inundaron a Alta Córdoba. Todo un show para los neutrales que gozaron (mos) de un espectáculo completo.
Cada esquina del Juan Domingo Perón vibró a su modo: con un “uuuhh” cuando la agarraba Villa o un “ufff” cada vez que López Muñoz llevaba peligro. Ni hablar con los goles, cada uno más gritado que el otro. También con cada acción fuerte y desenfrenada. La expulsión de Amarfil, el descuento de Lescano para el Bicho, los gritos del técnico Berti al árbitro Ramírez y el empate de Godoy fueron los momentos que más encendieron a las tribunas.
Finalmente, el que ganó dentro de la cancha fue Independiente Rivadavia. Aquel último penal de Sebastián Villa terminó por desatar la locura y el frenesí en las miles de almas leprosas que viajaron hasta La Docta, ciudad que una vez más dio la talla para grandes eventos.
Cómo llegó Independiente Rivadavia a la final con Argentinos Juniors
La Lepra mendocina afrontó el partido más importante de sus 112 años. Dirigido por Alfredo Berti, el equipo dejó atrás un pasado sin éxitos en esta Copa y logró una campaña inolvidable.
Su recorrido hasta la final:
- Estudiantes (1-0)
- Platense (2-2 y 3-1 en penales)
- Central Córdoba (2-1)
- Tigre (3-1)
- River (0-0 y 4-3 en penales)
Independiente Rivadavia fue el primer club mendocino en alcanzar una final nacional.
Cómo llegó Argentinos Juniors a la final con Independiente Rivadavia
El Bicho llegó a la final con una campaña perfecta: cinco partidos, cinco triunfos, sin necesidad de recurrir a los penales.El equipo de Nicolás Diez mostró regularidad, carácter para remontar partidos y jerarquía individual.
Su camino a la final:
- Central Norte (3-0)
- Excursionistas (3-0)
- Aldosivi (2-1)
- Lanús (1-0)
- Belgrano (2-1)



























