La sensación será de bronca, de enojo. De frustración. Porque estuvo muy cerca. Demasiado cerca. Instituto casi se trae un punto de la cancha de River que era un puntazo monumental. Realmente.
Y no solamente porque había tenido suerte o se había metido atrás. Nada de eso. El equipo de Pedro Troglio había planteado un partido sumamente inteligente ante los de Marcelo Gallardo, que prácticamente no lograron inquietarlo.
El Albirrojo hizo casi 90 minutos perfectos, donde hasta tuvo chances de meter un gol que podría haber transformado la noche en histórica.
Pero la jerarquía del local pudo más y aún sin jugar bien se quedó con los tres puntos, gracias a un tanto de Gonzalo Montiel, uno de sus refuerzos estrella, sobre el cierre del juego.
Instituto repitió una buena actuación como en su debut ante Gimnasia de La Plata y ahora se deberá enfocar en el cotejo del domingo, a las 21.30 ante Vélez.
Quedándose con las cosas que hizo muy bien para tratar de seguir sumando.
Sí, se escapó un punto que tenía gusto a heroico. Pero habrá que ver el vaso medio lleno.
Según lo planeado
Instituto salió con un plan a la cancha de River bien estudiado y entendido por los jugadores y se notó. Troglio había sido claro en eso de que le gustaba jugar más de visitante que de local contra un rival de la mangitud de River.
Y los futbolistas albirrojos entendieron cuál era la mejor forma de jugarlo. Sin meterse atrás de forma desaforada, la Gloria se plantó correctamente con un sistema distinto, del 4-2-3-1 a un 4-4-1-1, con Luna de mediapunta y Suárez de única referencia.
Pero lo más importante es que todos entendieron que había que combatir cada pelota como si fuera la última y morder en cada sector del campo.
Un reflejo de eso fue que un jugador como Batallini los corrió a todos y generó muchas recuperaciones y faltas de sus rivales.
Instituto realmente no pasó mayores sobresaltos en el primer tiempo que tuvo como dato saliente que el cotejo se paró 10 minutos, entre el 8 y el 18, porque falló la transmisión de TV oficial.
Increíblemente, la voz del estadio anunció que el juego se pausaba para el enojo de todos los presentes en el Monumental.
Antes y después de eso, Instituto manejó bien y no fue asediado. Hasta tuvo una ocasión que fue bien anulada por fuera de juego a Suárez, que definía cruzado.
River también tuvo un gol anulado a Borja, que empujó un remate de Montiel también en claro fuera de lugar.
Quedaban 45 minutos por jugar pero el equipo de Troglio dejaba una sensación de tranquilidad, porque sabían lo que estaban haciendo.
Aunque, claro, con River y su jerarquía, puede pasar cualquier cosa en cualquier momento.
Se enojó Gallardo
Los gestos del “Muñeco” Gallardo en el banco en ese primer tiempo eran evidentes. No le gustaba para nada lo que veía de su River.
Por eso metió dos cambios en el entretiempo, para el ingreso de los chilenos Paulo Díaz y Gonzalo Tapia, en defensa y ataque. Quería otra cosa.
El Millonario pareció ser más incisivo en el inicio del complemento y el propio Tapia se perdió un gol increíble luego de una atajada de Roffo ante un tiro de Acuña, con la pelota “muerta” dentro del área.
Fue un aviso para Instituto, que no se podía relajar ni regalar nada.
Gallardo fue por más y mandó a la cancha a su refuerzo estrella, Sebastián Driussi, por el que pagaron 10 millones de dólares al Austin de la MLS.
Mientras tanto, los minutos corrían y eso jugaba a favor de la Gloria.
Troglio también movió sus fichas y metió en el campo a Jeremías Lázaro y Matías Godoy para darle aire a la ofensiva, con dos jugadores de mucha inventiva.
El público local empezaba a impacientarse y cantó varias veces el “movete, River, movete”, mientras el cotejo encaraba sus 15 minutos finales.
El Albirrojo bancó y bancó, y cuando parecía que se traía el punto, apareció Montiel sobre el cierre del encuentro para darle la victoria a River.