Instituto entró mal en el primer tiempo, en el que recibió dos goles en cinco minutos. Pese a mejorar en el complemento y descontar, terminó pagando caro ese quedo inicial en Junín. El 2-1 final para Sarmiento salvó del descenso al “Kiwi” y dejó a la “Gloria” casi marginada de la chance de clasificar a los octavos de final del torneo.
El Albirrojo comenzó dormido y sin reacción. Sarmiento, urgido por la necesidad de ganar para evitar el descenso, lo presionó desde el inicio. A los 2 minutos, Insaurralde conectó de cabeza un córner desde la derecha ejecutado por Contrera, ganándole en el salto a Alarcón y marcando el primer gol.
Instituto no logró salir del desconcierto y, a los 5 minutos, en otra jugada de pelota parada desde la derecha —esta vez un tiro libre—, la defensa rechazó mal y la pelota le quedó servida a García, que anotó el segundo tanto.
La visita no había cruzado la mitad de cancha y ya perdía 2-0. Anestesiado, tardó casi 20 minutos en reaccionar. En ese lapso, Vigo tuvo la chance del tercero a los 18 minutos, pero Roffo logró contener su remate abajo.
Recién a los 22 minutos, Instituto generó su primera jugada clara: una acción asociada que terminó con un remate de John Córdoba, bien contenido por Acosta. Luego, el equipo se fue acomodando y se acercó tres veces con peligro al área rival, dos de ellas mediante córners, aunque sin profundidad ni ideas claras. Además, su bloque defensivo seguía desordenado. A los 35 minutos, Morales quedó solo frente a Roffo, que volvió a responder con solvencia. Sobre el final, Acosta contuvo un buen remate de Lodico.
La reacción llegó tarde
En el inicio del complemento, Oldrá movió el banco y ordenó los ingresos de Fonseca y Moreyra para equilibrar el equipo en defensa. Por su parte, Sava apostó por Pratto para intentar liquidar el partido.
Las variantes no surtieron efecto inmediato, y a los 15 minutos “el Gato” decidió sacar a dos jugadores habitualmente titulares: Lodico y Alex Luna, para dar lugar a Matías Gallardo y Jeremías Lázaro. Un minuto después, Roffo volvió a evitar la caída de su arco ante otra llegada clara de Vigo.
Sin embargo, a los 22 minutos, en una contra bien resuelta por Moreyra, Instituto descontó y se puso a tiro. Con el desequilibrio de Lázaro, el equipo se le vino encima a Sarmiento y Acosta comenzó a sufrir. Los cambios funcionaron: Instituto hizo méritos, impulsado por la velocidad y osadía de Lázaro y el criterio de Gallardo, como para empatarlo. Pero terminó pagando caro haber entrado dormido al partido.
























