Los fantasmas que venían rondando por Alta Córdoba armaron rápidamente sus valijas este sábado y cruzaron de vereda en menos de 90 minutos. Porque justo cuando la tarde parecía tragarse a Instituto, el equipo sacó el alma del fondo del pecho y le ganó a Talleres un clásico que ya pide lugar entre las grandes gestas del club en los últimos tiempos.
Con un hombre menos por la roja insólita de Matías Godoy y el marcador en contra, el Albirrojo estaba al borde del abismo: medio equipo amonestado, sin playoffs, con el descenso respirándole en la nuca y un Talleres que intentaba tocarle la pelota como si lo sobrara. Todo pintaba negro. Pero en este club bajar los brazos no es opción, remarca siempre su presidente Juan Manuel Cavagliatto.
Y entonces, en medio de ese barro emocional, apareció el pibe Alex Luna —ese 10 que lleva la 27- y metió un derechazo de novela para empatarlo y prender fuego la esperanza. De esta manera, todo Alta Córdoba y alrededores se sacudió con el grito de un gol que no fue solo gol: fue renacimiento.
Lo que vino después es historia conocida: la Gloria lo ganó de manera agónica a pocos minutos del cierre y desató una fiesta inolvidable para meterse en octavos de final de la Liga Profesional. Mientras tanto, su clásico rival se quedaba sin DT por la renuncia del “Cholo” Guiñazú y sacando cuentas para no irse al receso en zona de descenso.
Pero aunque cueste ponerle punto final a los festejos, en Alta Córdoba ya dieron vuelta de página. Este domingo el plantel descansó y a partir del lunes se pondrá el foco en el partido del próximo fin de semana buscando un lugar en los cuartos.
Si Boca hoy le gana a Tigre será el rival de Instituto en octavos. Caso contrario los de Daniel Oldrá deberán enfrentar a Argentinos Juniors.
En cualquiera de los casos el partido será en Buenos Aires y solo con público local. En caso de empate hay penales.
“El Gato” meterá mano
Quiera o no, el DT de Instituto deberá modificar la formación titular para el próximo partido. El delantero Godoy no podrá estar presente por su expulsión y el propio entrenador dijo que en la semana iba a hablar con él por su infantil expulsión que pudo tirar por la borda todo un semestre de trabajo.
Otro que no estará es Fernando Alarcón, que llegó a la quinta amarilla y debe cumplir un partido de suspensión.
Por “el Palomo” podría ingresar Gonzalo Requena, mientras que en lugar de Godoy una opción sería Jeremías Lázaro.
El juvenil ingresó muy bien ante la “T” y no fue titular porque venía arrastrando una molestia física. Incluso el propio futbolista le había pedido a Oldrá no ir de arranque en el clásico porque no estaba para más de 45 minutos.
“Por suerte el viernes ya me sentía bien. Y pude jugar sin problemas. Terminé nomás con un golpe cerca del muslo por una patada, pero nada grave”, contó “Jere” a la salida del vestuario.
De esta manera, Oldrá tendrá que hacer dos cambios obligados, aunque tendrá toda una semana de trabajo por delante para pensar en algún cambio más.
Un presidente feliz
“Esto es para mi abuelo, para mi viejo. Este es un puesto muy ingrato. Pero se lo quiero dedicar a la gente de Instituto. Espero que estén disfrutando. Que más lindo que clasificar en este partido”. La voz del presidente Juan Manuel Cavagliatto salía quebrada, como si aún le temblara el pecho por la emoción.
Acababa de terminar un clásico que esperaba ganar para seguir tachando su lista de objetivos cumplidos: ascenso, permanencia, ganarle a la mayoría de los grandes del fútbol argentino, vencer a Belgrano, clasificación a playoffs y algunas más.

Pero lo de vencer a Talleres era una materia pendiente para el mandamás de la Gloria. “Este es el primer clásico oficial que pierde Fassi y se lo ganaste vos”, le dijeron al salir de un vestuario que era pura fiesta con mucho cuarteto de fondo.
“Somos conscientes del semestre que tuvimos, que no se dieron las cosas. Pero vamos a trabajar siempre. Acá se trabaja a toda hora y todos los días para un Instituto cada vez más grande”, dijo, con los ojos húmedos mientras miraba de reojo un celular que estaba en llamas. Segundos después se fundió en un abrazo con todos y cada uno de los allegados que acompañaron a la Gloria al Kempes.
Y siguió, con esa mezcla de orgullo de barrio y dignidad futbolera que sólo entiende el que mamó potrero: “Ahora vamos a jugar de igual a igual con quien sea. Son once contra once. Y esta camiseta tiene historia. Nos puede tocar Boca, Argentinos, quien venga… pero hoy, toda la gente de Instituto está feliz. Y se lo merecía, hermano. Se lo merecía de verdad”.