Hay partidos que observarlos durante 90 minutos puede ser considerado casi un castigo más que un divertimento, una pasión.
Y el 0-0 que protagonizaron ayer Tigre e Instituto, por la fecha 24 de la Liga Profesional 2024, tuvo mucho de eso.
Casi por 80 y pico de minutos sucedió demasiado poco. Casi nada. Y hubo algo de acción sobre el final, cuando los dos se animaron a quedarse con todo.
Pero era demasiado tarde y tampoco tienen la jerarquía suficiente para resolver las pocas oportunidades que generan.
Entonces, el 0-0 final con el que terminó el marcador graficó un poco las virtudes y falencias de ambos, que se equilibran en la balanza.
La gente de Victoria terminó muy enojada con el equipo de Sebastián Domínguez y, a través de la TV, los fanáticos de la Gloria también se quedaron calientes.
Sobre todo con la sensación de que se podían haber quedado con los tres puntos, si se animaban.
Aunque también el local tuvo sus chances, con una jugada que va directo a los bloopers del año, con dos rebotes en el travesaño y una salvada del arquero Manuel Roffo en la línea.
Instituto sumó un punto y poco más se puede rescatar, en el segundo cotejo de la dupla interina que conforman Daniel Jiménez y Bruno Martelotto, que sacaron cuatro de seis unidades hasta acá.
Así, el Albirrojo se ubica en el puesto 10° de la tabla con 33 puntos en 24 cotejos. Y suma 50 unidades en la tabla anual, donde Argentinos es el último clasificado a copas internacionales, hoy por hoy con 52.
Pero a la hora de hablar de fútbol, no hubo mucho para ver.
El partido se quiso ir para Alta Córdoba...
Los entrenadores interinos de la Gloria hicieron una lectura que venían haciendo también los hinchas en los últimos partidos de visitante de Instituto: al equipo de Diego Dabove le faltaba algo más de orden, de solidez, de gente en el medio para meter y correr.
Por eso, para jugar ante Tigre, decidieron incluir a Franco Díaz, para que el ex-Vélez diera una mano a Nicolás Dubersarsky (la figura de Instituto) y a Gastón Lodico.
Ese plan salió muy bien en el primer tiempo en la parte defensiva, con una zaga que tenía a los juveniles Gonzalo Requena y Lautaro Carrera (fue titular por primera vez).
Con Roffo en el arco y los laterales bien cubiertos con Franco y Lucas Rodríguez, Instituto prácticamente no pasó sobresaltos en todo el primer tiempo.
Claro, tampoco pudo generar demasiado, más allá de lo que pudo pelear en soledad Facundo Suárez o intentar Gregorio Rodríguez, tirado a la banda derecha.
Con Puebla en un bajo nivel y casi desaparecido, el Albirrojo aguantó en un encuentro que tenía toda la pinta de terminar 0 a 0.
Pero la gente de Tigre se mostró enojada y el equipo salió a intentar dar respuestas en el complemento, tratando de arrimarse más a Roffo.
Y logró inquietar sobre todo con una pelota que por milagro no terminó siendo gol de Tigre.
Primero, con un cabezazo de Paz que impactó en el travesaño. Luego del rebote, Puebla la salvó en la línea, y, tras una carambola, el balón volvió a pegar en el caño.
Después de ese susto, Instituto se volvió a acomodar y transitó todo el resto del complemento camino a ese gris empate sin goles.
Hasta que “Miliki” y Martelotto metieron algunos cambios que encendieron una ilusión sobre el cierre.
Primero, “Nacho” Russo quedó mano a mano y definió al cuerpo del arquero. Y, después, Lodico se encontró con una pelota y sin arquero, dentro del área. Pero pateó desviado. Fue la imagen final de un 0-0 que estaba escrito de ante mano. Instituto sumó... y punto.