“Nosotros venimos por los colores. Nosotros le debemos mucho más a Instituto, que lo que Instituto nos da”. Con lágrimas en el corazón y el corazón caliente, “Nacho” era uno de los tantos hinchas de la Gloria que apuraba el paso para meterse en el Mario Alberto Kempes la noche del 19 de julio de 2025.
Sí, no era lo que esperaban todos cuando vieron el fixture y sacaron los abonos hace un tiempo atrás, pensando en este Torneo Clausura.
Todos imaginaron que este regreso iba a ser en casa, en Alta Córdoba, en el Monumental.
Pero distintas decisiones, políticas y económicas, terminaron poniendo a Instituto ante River, en esta segunda fecha del campeonato, en el coliseo mayor del fútbol cordobés.
Y el hincha de Instituto otra vez dio una muestra de fidelidad absoluta.
Aunque está claro que la mudanza no siempre es lo que mejor le cae, entendieron que era necesario para la institución, que todavía no pudo vender ningún jugador en este mercado de pases. Y, como todos los clubes, necesitan ingresos.
Este partido ante River le dejará a las arcas de la Gloria más de 500 millones de pesos. Y claro que ayuda. Mucho.
Desde muy temprano los fanáticos de la Gloria se fueron tomando el colectivo para llegar a la zona del Kempes. Muchos también fueron en autos particulares y también en los techos de colectivos improvisados de “urbanos” para arrimar gente al estadio principal de la ciudad.
Desde el comienzo de semana, los organismos de seguridad esperaban un lleno total y lo que se vio en la previa, en las adyacencias del estadio, lo dejó en claro apenas avanzaba la tarde.
Realmente fue impresionante también lo de la gente de River, que aprovechó las vacaciones para inundar a Córdoba de los colores rojos y blancos.
La ocupación para el turismo de la ciudad rondó el 90 por ciento y la presencia del equipo de Gallardo en Córdoba tuvo muchísimo que ver.
Lo positivo, en esta idea de AFA de impulsar la vuelta de los visitantes, es que en los ingresos fanáticos de ambos equipos se cruzaron en distintos sectores en total armonía y paz.
Más allá de que estaban relativamente cerca en los distintos puntos donde se hicieron las previas, no hubo problemas.
Los fanáticos de la Gloria fueron poblando la popular Willington y la platea Ardiles, mientras que River puso hasta las manos la popular Artime y la platea Gasparini.
El paisaje de cancha, con los pulmones, quedó 50 y 50 para cada equipo, en lo que se presagiaba una fiesta del fútbol.
Instituto ya volverá pronto a Alta Córdoba, a su lugar en el mundo.
Pero había que estar en el Kempes. Y estuvieron. Como siempre.
