Jorge Carranza puso punto final a una trayectoria extensa y singular en el fútbol argentino. A los 44 años, el arquero surgido de Instituto confirmó su retiro profesional, cerrando una carrera que se extendió durante más de dos décadas y que lo convirtió en una referencia del puesto en cada club que defendió. Su último paso fue en Aldosivi de Mar del Plata, donde disputó sus últimos partidos oficiales y logró salvar del descenso al Tiburón.
El anuncio lo realizó a través de sus redes sociales, con un mensaje en el que dejó en claro la dimensión personal del momento. “Llegó ese momento. Ese ‘maldito momento’, como dice la canción. Elijo despedirme de esta manera: feliz y orgulloso de la carrera que logré construir”, escribió, acompañando sus palabras con agradecimientos a las instituciones que lo recibieron, a los compañeros de ruta y, especialmente, a los hinchas. Carranza también dedicó párrafos a su familia y a su hijo, en un mensaje cargado de calma y cierre: “Lo viví con inmensa pasión, lo di todo, y poco puedo reprocharme. Fui inmensamente feliz jugando”.
El arquero deja la actividad profesional pocos meses después de haber alcanzado un récord histórico. En septiembre se convirtió en el jugador más longevo en disputar un partido de la Primera División del fútbol argentino, con 44 años y 25 días, superando la marca que pertenecía a Hugo Gatti. “Es motivo de orgullo cuando llega ese reconocimiento por parte de la AFA y del club. Es un premio a la trayectoria, en un deporte muy competitivo y complejo”, había expresado entonces.
Su recorrido incluye muchas camisetas entre el país y el extranjero. Además de Instituto, vistió los colores de Godoy Cruz, Atlético de Rafaela, Ferro, Colón, y Correcaminos de México, entre otros. Su vínculo con la Gloria ocupa un capítulo particular: fue suplente durante el ascenso de 2004 y protagonista en el regreso a Primera en 2022, donde se transformó en una de las figuras del plantel.
En Aldosivi encontró su última etapa como profesional, aportando experiencia en un plantel en renovación y cerrando su carrera con la serenidad de quien logró sostenerse en la elite durante más de 20 años. En su mensaje final, también tuvo palabras para el club marplatense: “Gracias Tiburón, ocuparán un lugar especial en mi corazón”.
Con su retiro, el fútbol argentino despide a un arquero que construyó su camino desde la perseverancia, la disciplina y la vigencia. Carranza deja atrás los guantes, pero no la huella de una carrera que, sin estridencias, se ganó respeto y reconocimiento en cada etapa. Ahora comienza otra vida fuera de la cancha, después de un recorrido que él mismo definió como “un hermoso camino”.
