El exarquero cordobés Jorge Carranza asume un rol dirigencial clave como nuevo secretario técnico de Instituto. Tras colgar los guantes, Carranza se reincorpora al club de barrio Alta Córdoba para sumarse a un proyecto en crecimiento. En un mano a mano con La Voz en Vivo, el streaming de La Voz del Interior, el flamante dirigente detalló su función y los desafíos del scouting moderno.
-¿Cómo será exactamente el rol que desempeñará en Instituto como secretario técnico?
-Por suerte, tengo la fortuna de reincorporarme a la institución. Estoy feliz por la oportunidad que me dieron Juan Manuel Cavagliattoy Fede Beso para acompañarlos en un proyecto que ya viene trabajando y haciendo muy bien las cosas. Voy a estar a cargo de la Secretaría Técnica, donde conformaremos un equipo de trabajo para filtrar información y analizar jugadores. El objetivo es alivianar la carga de quienes toman la decisión final, para que cuenten con todas las herramientas necesarias. Vengo a sumar y aportar mi granito de arena.
-Su paso de jugador a dirigente fue muy rápido. ¿Cómo se dio ese traspaso?
-Básicamente, Juan Manuel Cavagliatto me llamó y me retiró del fútbol. Después de esa llamada, me dijo que era tiempo de volver a casa y acompañarlos en Córdoba. Si bien tenía muchas ganas de continuar con la actividad porque me encanta competir, tras esa charla sobre el futuro de Instituto, la visión del club y cómo acompañar el crecimiento institucional con lo deportivo, se me hizo muy difícil no aceptar.
-Al analizar jugadores, ¿qué aspectos se tienen en cuenta además de los datos duros? ¿Se analiza la vida privada o la familia?
-Primero están los datos duros, que hay que contextualizar. Por ejemplo, si decimos que un jugador tiene un alto porcentaje de duelos aéreos ganados, hay que ver en qué contexto los gana. Mi función es limpiar esa información para que sea más real y llegue a la persona que toma la decisión final con el menor margen de error posible. Después sí, hay un análisis integral, pero en segundo plano. Se considera cómo está conformada la familia del jugador, si son muchos, si están a gusto o les gustaría venir a Córdoba, y si vendrán todos a la ciudad. También se estudia el perfil general y la actividad en redes sociales.
-¿La actividad en redes sociales de los jugadores se considera parte de la evaluación?
-Sí, es parte de la información disponible y se utiliza. No quiere decir que sea determinante, pero está allí. Lo más importante sigue siendo la característica del jugador, si es funcional a la idea del entrenador y si está dentro de los perfiles que buscamos. Es mucho trabajo previo a la decisión final.
-¿La tecnología de monitoreo y las plataformas de datos son parte del insumo que usa un secretario técnico?
-El club tiene un proyecto de desarrollo que cuenta con todas las plataformas para usar la información. Los profesores también disponen de tecnología para su análisis. En este momento, esa información nos escapa. Estamos más enfocados en el área técnica del jugador y, a partir de ahí, analizamos sus virtudes, los defectos a corregir y si sirve o no para la idea del entrenador.
-El hincha de Instituto quiere saber sobre jugadores claves como Alex Luna y el Palomo Alarcón. ¿Tendrá opinión respecto a esas situaciones?
-Hoy no sería prudente contestar eso. En definitiva, estoy en la parte previa. Analizamos proyectos de jugadores, vemos inferiores y chicos que se sumarán en algún momento a la pretemporada, así como las características de cada uno. Estamos en una fase previa. Por supuesto que el día que toque conversar sobre eso lo haremos, pero hoy estamos enfocados en otra cosa.
-Finalmente, ¿dónde quedaron los guantes con los que salvó a Aldosivi del descenso?
-Los tiene mi hijo. Fueron los últimos guantes que utilicé, y los botines también. Cerré mi carrera deportiva de una manera que no hubiera soñado, consiguiendo el objetivo que teníamos. Estoy feliz de dar mi primer paso en esta nueva función en Instituto, después de dos años increíbles que viví en Mar del Plata.
