Ya venía siendo reconocido por la hinchas de Talleres en los últimos partidos, pero las ovaciones que recibió Juan Carlos Portillo tras el gol de cabeza de Juan Rodríguez, en el que fue protagonista por su decidida trepada por la izquierda y posterior centro, y concluido el triunfo 2 a 0 contra Sarmiento, fueron más que un premio merecido.
Quizá “el Sicario” no termine de advertirlo de ese modo por su perfil bajo y porque no le gusta declarar; pero la hinchada albiazul, con ese gesto, en esa gran misa popular y de comunicación que es cada partido de la “T” en el Kempes, decidió adoptarlo como un líder.
Como ese referente que el equipo necesita en su calidad de jugador de campo y que pueda sumarse al liderazgo indiscutible de Guido Herrera, el capitán y símbolo albiazul, pero quien por su condición de arquero tiene que verlo todo desde atrás.
La gente le reconoció todos esos atributos futbolísticos y de personalidad que venía mostrando con Walter Ribonetto como DT, pero que potenció desde la llegada del “Cacique” y en el puesto en el mejor rinde: el de zaguero central.
Su polifuncionalidad es destacada por todos, pero Medina se decidió a sostenerlo en ese puesto y los réditos están a la vista.
El “¡¡¡Portillo, Portillo!!!” resonó en los cuatro costados del estadio cuando el novato Bryan Ferreyra pitó el final del juego; pero él, después de festejar y abrazarse con sus compañeros, se fue rápido a los vestuarios como si el emocionante veredicto popular no hubiera sucedido.
No había marcado un gol (anotó sólo uno desde que llegó a la “T”), pero la asistencia que le metió con ese centro a Rodríguez fue como si lo hubiera convertido. Llegó como consecuencia de su osadía, de su lectura del juego, cuando vio que había que sorprender para que el ansiado gol que transmitiera calma a la indisimulable ansiedad que bajaba de las gradas al grito de: “¡Movete Talleres, movete; movete dejá de joder!”.
Más que un centro, fue un pase gol, una estocada inesperada, uno más de los recursos técnicos que al “Sicario” le sobran y que expone cada vez que un partido se le pone difícil al Matador.
Los periodistas lo esperaron en la zona mixta para ver si esta vez hablaría. Pero, fiel a su forma de ser inhibida, todo lo contrario a la valiente y osada que muestra en la cancha, se fue en silencio, mirando de reojo, como si le diera vergüenza asumir que ya no es uno más del equipo y que alguna vez deberá exponerse frente a las cámaras, micrófonos y celulares.
Pero lo que no expresó oralmente el futbolista nacido hace 24 años en Puerto Rico, Misiones, lo dijo Medina en la conferencia de prensa posterior al triunfo, cuando se lo consultó sobre la importancia que tiene Portillo en su plantel, en el grupo y en el equipo.
“Es un líder y habla adentro de la cancha”
Salvando las distancias, porque juega en un puesto diferente al del colombiano, Medina adoptó y cobija al “Sicario” desde que regresó al club de barrio Jardín del mismo modo que lo hizo con Diego Valoyes, cuando en su primer paso por la “T” apostó por él cuando tenía un pie y medio fuera del plantel.
No descubrió nada en él que no se conociera, ni que cualquier futbolero de buen ojo pueda ver en cada partido. Pero le dio confianza, lo hizo sentirse importante, determinante. Y Portillo le está devolviendo con creces esa apuesta a sus condiciones.
“Portillo es un jugador que nos transmite mucho. A todos: a sus compañeros, al rival, a nuestra gente. Contagia cosas positivas dentro del trámite de un partido, ganando, empatando o perdiendo. Es un líder futbolístico que tenemos, más allá de que en la comunicación no se explaye o sea de no hablar mucho. Es su perfil, pero él habla dentro de la cancha. Con sus acciones, por su personalidad, por la agresividad con la que juega, su valentía, tanto en ataque como en defensa”, afirmó el DT uruguayo.
“Es un jugador que gana duelos, que rompe líneas bien desde atrás... Está rayando a gran altura. Es uno de nuestros pilares. Hay que reconocerle el trabajo y hoy la gente, muy atinadamente, lo ovacionó. Se sintió fuertemente lo que representa para nuestro equipo. Ojalá que podamos sumar gente de ese perfil, para que podamos aumentar esa identificación con el equipo”, terminó diciendo “el Cacique”.
Minutos antes, Guido Herrera, quien cumplió 300 partidos oficiales en la “T”, también lo había elogiado: “Es una fiera en la cancha, pero puertas adentro es muy tranquilo. Creo que está en su mejor momento, nosotros lo disfrutamos muchísimo. Está en su mejor momento. Da placer verlo entrenar y jugar. Va a todas las pelotas con la misma decisión. Hoy lo necesitábamos y volvió a aparecer cuando estábamos corriendo por todos lados y no podíamos convertir. Son muy pocos los jugadores de esas características. Tenemos que seguir disfrutándolo”.
Si lo dicen Medina y Guido, no queda mucho más que agregar.