Juan Cruz Real, el ahora exentrenador del club Belgrano, permaneció en su cargo por 246 días y, en ese lapso de tiempo, pasó de la gloria al infierno y terminó alegándose del Pirata de la manera menos deseada por él y sus cuatro colaboradores directos, porque lo hizo bajo una lluvia de silbidos, insultado por la gente y saliendo del Gigante en la oscuridad de la noche y en soledad.
Este es una derrota para Luis Artime como presidente porque fue quien “lo bancó” y quien más fuerte apostó por su continuidad, al punto que esperó con ansiedad que un par de resultados se dieran para poder justificar una renovación que lo tenía a base de sostén.
Fueron siete meses desde aquel 25 de marzo en el que fue anunciado como reemplazante de Guillermo Farré, hasta este 25 de noviembre en el que se alejó del cargo.
En esta “picadora de carne que es el fútbol”, como dijo Luis Artime cuando comunicó el final del ciclo de común acuerdo entre club y técnico, este entrenador desconocido para nuestro medio, lo terminó con saldo negativo en todas las columnas de su balance.
Ahora, como el “Show debe continuar” y nada se detiene, es Norberto Fernández el que se puso al frente del plantel para preparar el partido del viernes a las 19 ante San Lorenzo en Buenos Aires, mientras los dirigentes continúan con la búsqueda del nuevo técnico que tendrá el desafío en la temporada 2025 de hacer regresar al Celeste a su mejor imagen.
Charlas que ya estaban en marcha en algunos casos, porque lo de Real en la “B” se había terminado hace rato, era cuestión de días para que se sentenciara su destino. Todo “roto” a su paso no se vislumbraba que fuese otro el final de una salida anunciada.
Desde aquel 26 de agosto, es decir hace tres meses atrás, cuando decidió declarar públicamente contra Bryan Reyna, el delantero peruano no daba el 100, hasta el final de sus días como técnico del Celeste, todo fue empeorando para Real.
Para muchos, ese fue el momento del final que se extendió por determinación y convencimiento de los dirigentes, en especial de Luis Artime, más que por juego del equipo, resultados o apoyo de los socios.
Su salida es la primera gran derrota de Luis Artime como presidente del Celeste, porque fue un golpe directo a su rostro, pues fue quien lo eligió sobre la opinión de sus pares de comisión y lo sostuvo hasta el final de sus fuerzas. Un golpe que lo obliga a reaccionar y a ponerse de pie rápido para accionar con criterio en favor del mejor 2025 para la institución.
La danza de nombres ya está en marcha, en realidad ya había dado unas vueltas, pero ahora es concreta y con la necesidad de nombrar un sucesor de Real.