No hubo nadie que realmente conozca a Jonathan Bay (Villa Ángela, Chaco, 32 años) que no se haya puesto feliz por verlo ahí, sonriendo con su familia y la medalla de campeón del fútbol argentino en el pecho.
Es que todos los que conocen la lucha que ha tenido que atravesar este futbolista chaqueño para instalarse dentro del profesionalismo, atravesando mil piedras y barreras en el camino, entendieron que este título era mucho más que una simple medalla para Bay.
Era el testimonio de un futbolista que ha venido de muy abajo, para llegar a lo más alto del fútbol nacional.
El lateral izquierdo sufrió en marzo de este año una rotura de ligamentos de su rodilla izquierda de la que se está recuperando.
Pero eso no le impidió ser parte de los festejos en Santiago del Estero, donde viajó junto a su familia para acompañar al equipo de Vicente López.
Bay recibió su medalla y celebró junto al plantel del Calamar, en días de fiesta que no parecen terminar.
Pero su emoción tenía que ver con todo lo que tuvo que pelear para este momento, que lo encuentra nuevamente en otra “batalla”: la de recuperarse de esta dura lesión para volver próximamente a las canchas.

Córdoba en su corazón
La relación de Jonathan Bay con el fútbol de Córdoba es muy fuerte. El ligazón es innegable.
“Jony” llegó a la Docta desde muy joven para sumarse a las inferiores de Racing de Nueva Italia, donde lograría debutar en Primera.

Antes, las pasó a todas en la pensión de la Academia, donde reconoció que mil veces quiso volverse a Chaco, su casa, ante las falencias que se vivían.
“En las inferiores de Racing y en la pensión nos faltaba de todo. Pero eso nos hizo más fuertes. Nos dejó un grupo de hermanos y muchas enseñanzas”, supo contar Bay.
En la Academia jugaría 43 partidos oficiales, con dos goles, entre 2011 y 2014.

Luego, pasaría por Godoy Cruz de Mendoza antes de recalar en Talleres, donde jugó 11 partidos entre 2015 y 2016, consiguiendo un ascenso a la Primera Nacional.
La carrera lo llevaría luego a Ferro y Central Córdoba de Santiago del Estero, donde se transformó en capitán y referente.
En el conjunto santiagueño estuvo casi cuatro años y pasó los 100 partidos.
Su último club antes de llegar a Platense fue Instituto, donde recaló en 2023.
Tuvo una primera etapa compleja, ya que ese regreso a Córdoba coincidió con el fallecimiento de su mamá, algo que lo afectó de manera innegable en su vida deportiva.
El DT Diego Dabove en ese entonces decidió declararlo prescindible a mitad de temporada, pero Bay se quedó y terminaría siendo figura en un clásico ante Talleres en el Mario Kempes, que lo volvió a poner en escena.

En la Gloria jugaría 40 partidos en dos temporadas, convirtiéndole goles a Gimnasia La Plata y Talleres de Remedios Escalada.
“Jony” dejó muchos amigos en Alta Córdoba en un grato paso, donde muchos hinchas esperaban su continuidad para 2025.
Finalmente, el destino lo llevó a Platense, donde logró una estrella para su carrera siendo parte de este título histórico.
Por todo esto, este campeonato es un premio a la lucha de Jonathan Bay, que nunca bajó los brazos.
Y seguramente pronto estará nuevamente en una cancha, luchando. Siempre luchando.