Los siete meses de Juan Cruz Real al frente de Belgrano mostraron dos partes muy marcadas en su trabajo y en la cosecha de puntos que obtuvo, porque en el arranque se dieron los resultados y en el final se vivió el caos.
El entrenador dirigió en total 35 partidos que se dividen en: tres en la Copa de la Liga, ocho en la Sudamericana y 24 en el torneo de la Liga. De todos ellos consiguió 12 triunfos, 13 empates y 10 derrotas, acumulando 42 goles a favor y 41 en contra. De esta manera, su campaña se cerró con un 46,66% de las unidades disputadas.
Arranque a pleno
La primera mitad de su campaña fue lo mejor que el DT hizo, hasta que se produjo un quiebra interno que lo llevó a no poder enderezar el rumbo y comenzar a caer hasta quedar fuera de su cargo.
Su primer juego fue el 29 de marzo ante Tigre en Victoria y consiguió un aplastante triunfo por 4 a 1 e inició una racha en la que acumuló nueve triunfos, cinco empates y tres derrotas en los primeros 17 partidos. En esta porción de la competencia había alcanzado el 62,27% de los puntos.
Este buen momento comenzó a ilusionar a los dirigentes, hizo pensar que se había encontrado un DT para largo plazo y fue así que se habló de renovación y extensión de vínculo por uno o dos años más.
Real hizo rotaciones, cambios y hasta tuvo momentos en los que se adjudicó todo lo bueno del club en su escaso tiempo al frente del plantel.
El caos y la caída
La segunda parte de la campaña de Juan Cruz Real fue la otra cara de su presente y el final anunciado de una relación que se rompió por todos lados.
La segunda mitad de su trabajo al frente del equipo, es decir los últimos 18 partidos, vieron conseguir tres triunfos, ocho empates y siete derrotas, lo que le valió sumar el 31,48% de los puntos, muchos problemas y en especial una ruptura de relación con la gente.
El 4 de agosto el Pirata visitó a Sarmiento en Junín y fue un pálido empate sin goles. La imagen no fue la mejor y el juego menos, de allí en adelante llegaron los momentos más críticos.
La eliminación en octavos de final de la Sudamericana, cuando perdió los dos juegos con Paranaense y la falta de respuesta futbolística del equipo lo llevó a tener una cosecha magra de puntos que fueron alejando al Pirata de su sueño de ser internacional en 2025.
Aquella diferencia con Bryan Reyna a fines de agosto, fue solamente la punta del iceberg, porque desde allí nada fue igual. No logró un buen juego, no hilvanó buenas actuaciones y ante los peores del torneo no sumó de a tres.
Perder los últimos partidos de local fueron el final de una campaña que en la segunda parte fue mala y obligó a su salida anticipada del cargo.