“Arrancan las eliminatorias contra Ecuador y lo que se viene es muy difícil, como son todos los inicios, pero lo fundamental es que los jugadores disfruten y estén sanos. El Mundial ya pasó y lo que nos llevamos es la alegría de la gente, que para nosotros es lo máximo. Este equipo juega para la gente y todos quienes lo integran no son egoístas. Cuando vienen a la selección juegan por un amigo, la familia y por el país”.
Hace unos días, en una entrevista a AFA Studio, el entrenador Lionel Scaloni remarcaba las dificultades de lo que se viene y hacía hincapié en las virtudes de sus jugadores por cómo se entregan y en lo que significó el título por la felicidad que la selección le regaló a la gente.
Argentina volverá a jugar en forma oficial por los puntos rumbo a otro Mundial, el de 2026, el jueves 7 cuando a las 21 reciba a Ecuador en el estadio Monumental de River, donde es muy probable juegue los otros dos compromisos de local antes de fin de año, que serán frente a Paraguay y contra Uruguay.
Para Scaloni, Messi y compañía será un volver a empezar, otro desafío, donde ahora tendrá que revalidar todo lo conseguido en la Copa del Mundo de Qatar, ocho meses y 17 días después de haberle ganado la final a Francia por penales y de lograr el tercer título mundial de la historia para el fútbol argentino.
El entrenador, su cuerpo técnico y los futbolistas afrontarán el reto de volver a ilusionarnos, algo que les será más fácil ahora, porque ya se sabe que pueden, ya demostraron toda su capacidad, su esfuerzo, su convicción, su sentido de pertenencia y su predisposición cuando se trata de ponerse la celeste y blanca, que además tendrá las tres estrellas en el pecho.
La base será muy parecida al del plantel campeón del mundo con la aparición de jóvenes como Alejandro Garnacho, Facundo Buonanotte, Velasco, Zapelli y Beltrán. Y estarán los puntales en esa mezcla imprescindible de juventud y experiencia con una columna vertebral clave con nombres como “Dibu” Martínez, “Cuti” Romero, Otamendi, De Paul, Enzo Fernández, Messi, Di María y Álvarez.
Será Scaloni, quien en su momento tomó decisiones fuertes para una transición muy difícil cuando se hizo cargo en 2018 luego de la frustración en el Mundial de Rusia, quien otra vez guiará el proceso, claro que ahora del campeón del mundo. Antes debió demostrarlo todo, esta vez le tocará ratificarlo.
