Paul Ramos perdió la vida en febrero de este año. El lateral se inició en Belgrano y también tuvo un paso por Racing de Nueva Italia. Hoy, 22 de mayo, estaría cumpliendo 29 años.
Y Marcos Beltramo, hincha de Belgrano, compartió en el Facebook de Mundo D esta carta que había publicado en Militancia Celeste. Así recuerda a Ramos.
Agosto, 2010, Belgrano jugaba en Paraná contra Patronato, equipo desconocido, dirigido por otro desconocido, un tal Ruso Zielinski.
Con un grupo de amigos, llegamos a la capital entrerriana, comimos unas carnes reducidas en grasa, tomamos una rica sangre de cristo, y entramos al estadio.
Tribuna visitante, "infiltrados", calladitos porque la tonada es un sello en la frente, lo saben todos los que se han colado cuando no se puede viajar.
Ingresamos tempranito, recuerdo con cariño que vendían semillas de girasol, como las famosas Pipas esas que comíamos en épocas de primaria, al menos yo que soy de colegio noventoso, no viene al caso.
Empezamos a reconocer rostros alberdianos. Nos pasa siempre que vamos afuera, el hincha pirata es así, no se aguanta verlo por tele o que se lo cuenten por la radio, quiere, necesita estar ahí.
Recuerdo acercarme al alambre, y mientras los jugadores calentaban, me tapé el ojo haciendo el pirata. El Guille Farré levantó el pulgar reconociendo el apoyo y devolviendo gratitud.
Había ahí un pibito, recién había salido campeón con la Cuarta de AFA, ese hecho histórico, en el cual la suerte siempre había sido esquiva para las inferiores cordobesas.
Ese día debutaba, se lo notaba con una risa nerviosa, no me quiero imaginar el dolor de panza que habrá tenido, o lo poco que debe haber dormido esa noche.
Lo miré de nuevo, y le dije "Paul Ramos cagón", y me miró, me reí, se rió.
Se quedó como pensando. "¿Cómo carajo me conoce un hincha de Patronato, si no jugué nunca con la primera? Imaginé que estaba preguntándose".
Se quedó como tildado. A los segundos mira de nuevo para el lado del alambre, logra ubicarme, y timidamente se tapa el ojo, con esa identificación que nos encanta hacer a nosotros. Le faltaba el garfio y la pata de palo.
Me tapo mi ojo, y se ríe y le empieza a decir a los compañeros en secreto, según creo, que había gente de Belgrano en esa tribuna, porque todos empezaron a alegrarse y mirarnos.
Ese pibe hoy estaría cumpliendo 29 años, nos dejó en un trágico accidente automovilístico en febrero. Por esas cosas que tiene el fútbol y la vida, pudo disfrutar de ser parte del plantel que logró aquel ascenso histórico en el Monumental; pero al tiempo se fue de Belgrano, y no pudo volver más, un deseo que siempre tuvo pendiente.
Le deseo un feliz cumpleaños al querido Paul, que nos alienta desde el cielo. Ojalá que le regalemos la vuelta, y que se abrace con el Potro, la "Chacha", y cada uno de los celestes que alientan desde arriba.
