La Fórmula 1 es el pináculo del deporte motor a nivel mundial. Pero no solo está representado por la tecnología y velocidad de los vehículos. Todo lo que la rodea está llevado al extremo del desarrollo, de la presentación. Y apunta al glamour. Cada detalle cuenta.
La presentación de los circuitos es digna de destacar. Montreal presentó una línea nueva de hospitality por detrás de los paddock para cada escuadra y cuenta con un asfalto prácticamente perfecto a pesar de ser un circuito callejero.
Todo está diseñado para lucir, apuntando a las estrellas globales que en cada una de las competencias llegan para ser parte del gran circo mundial.
Los representantes de los equipos con un uniforme perfecto, el nivel del catering para los invitados un puede faltar y los VIP que pagan, en algunos casos, decenas de miles de dólares para poder estar cerca de los grandes referentes, y vivir experiencias dentro de este deporte, también son de destacar.


En ese marco, la organización es gigantesca lo que incluye el trabajo con la prensa con un cronograma estricto pero pensado para que los medios más importantes del planeta puedan tener trato con los pilotos teniendo en cuenta los horarios para que no se superpongan.
Las cadenas televisivas oficiales realizan su despliegue de manera descomunal para que la F1 llegue a cientos de millones de hogares alrededor del planeta.
Nadie se les abalanza a los pilotos que recorren los paddock porque hay tiempo y lugar para todos.
Todo cronometrado y programado. Así, se puede ver a Nico Hulkemberg (Stake F1 Sauber) jugando un campeonato de penales con un periodista, o a Charles Leclerc (Ferrari) sentado rodeado de cámaras realizando juegos y entrevistas con distintos medios. Cada piloto y equipo respeta el jueves como el día de la prensa.
En el caso de Alpine, tomaron la decisión de resguardar a Franco. Más allá de su presencia en la conferencia de prensa oficial en la que estuvo presente, no hubo acceso para nadie.
Ni a rondas mano a mano ni entrevistas con periodistas nacionales, como sí ocurrió con su compañero de equipo Pierre Gasly.
Todo blindado con el justificativo de darle prioridad a que pase tiempo con sus ingenieros y cuidarlo para que no se distraiga en un circuito nuevo para él donde necesita tener una buena performance.
Uno no deja de preguntarse, hasta dónde los excesos de la prensa nacional y el boom de las redes de Franco, que muchas veces genera más problemas que beneficios, influyen en esta decisión.
Lo cierto es que en el afán de cuidarlo, su acceso se hace más difícil de lo normal y sólo con el tiempo sabremos si eso terminará dando algún tipo de beneficio y si en realidad sirve de algo.