Belgrano juega este lunes en el Gigante de Alberdi, en el cierre de un día muy especial para su historia y para la del fútbol cordobés.
Hace 12 años, un 26 de junio de 2011, el equipo dirigido por Ricardo Zielinski -y representado en el campo de juego por jugadores como Juan Carlos Olave, Gastón Turus, Luciano Lollo, César Mansanelli, Guillermo Farré, Franco Vázquez y César Pereyra, entre otros- daba un golpe de escena con repercusión internacional y mandaba al descenso a uno de los gigantes del fútbol argentino: River Plate.
Días antes, el 22 de junio en su fortaleza de Alberdi, la “B” había encaminado la sorpresa con un claro 2-0 sobre el devaluado Millonario. En Núñez, aquel inolvidable #26J, los celestes empataron 1-1 con Olave (atajó un penal) y Farré (hizo el gol pirata) como héroes y le dieron forma a la hazaña.
Días después, el 1° de julio, Belgrano se convirtió en el primer club que tras quebrar logró recuperarse y, luego de nueve años de gerenciamiento, volvió a manos a sus verdaderos dueños: los socios.
Aquel ascenso en el Monumental, en lo deportivo, y la vuelta al funcionamiento como club, en lo institucional, fueron dos hitos para el fútbol de Córdoba, que luego sumó varios más protagonizados por diferentes entidades de la provincia, que comenzó a experimentar una evolución trascendente.
La recuperación de sus instituciones, con administraciones responsables, ordenamiento económico, crecimiento de las infraestructuras y desarrollo de sus bases futbolísticas se destacaron como señales más que positivas de una plaza cordobesa que se fue fortaleciendo. Eso les permitió a sus clubes pisar cada vez más firme, con la consiguiente mejoría de sus rendimientos deportivos, que se hizo exponencial en los últimos años con Talleres peleando bien arriba y los ascensos de Estudiantes (RC), Belgrano, Instituto y Racing.
Córdoba, su fútbol, asiste orgullosa a un progreso que, entre otros aspectos a elogiar, muestra una realidad que digna de exhibir: la capacidad que tiene la provincia (sus dirigentes, sus funcionarios, sus fuerzas de seguridad) de organizar clásicos con hinchadas de los dos clubes involucrados. En ese sentido, el domingo se jugará un Instituto-Belgrano que se espera sea una gran fiesta, más allá de a cuál le toque ganar. Será otra demostración de por qué la plaza cordobesa se jerarquiza cada vez más.
